Planching es una joven empresa fundada por dos emprendedoras que recogen la ropa a domicilio y la devuelven planchada. Un servicio pensado para las personas que no pueden o no quieren enfrentarse a la temida plancha.

Planchar es una de las tareas domésticas más odiadas y necesarias. Y para los que no gustan de poner a punto su ropa personalmente, o sencillamente no tienen tiempo de hacerlo, nació Planching, una empresa fundada por dos emprendedoras valencianas, Nieves Gutiérrez y Loli Machancoses que ofrece un servicio a domicilio. «La idea siempre la tuve en la cabeza, pero de una manera muy remota. A mí, al contrario que a la mayoría de la gente, siempre me ha encantado planchar y en las conversaciones con amigos y familiares siempre decía: que si me quedo en el paro, o me echan, o me canso yo y me echo yo, yo no me moriría de hambre, me pondría a planchar», explica Nieves.

Ese proyecto empresarial y vital llegó cuando la empresa donde trabajaba la emprendedora se trasladó a un polígono «perdido de la mano de Dios» y en ese momento se comenzó a fraguar Planching.

Reparto a domicilio

Los servicios de la nueva empresa se resumen en su trabajo cotidiano. Recogen la ropa los lunes, miércoles y viernes, y la reparten los mismos días, aunque se adaptan a las necesidades del cliente. «Hay clientes que por el trabajo, horario o lo que sea no pueden esos días, lo hablamos y quedamos cuando podemos nosotros y ellos. Este trabajo está pensado para gente que trabaja y tenemos en cuenta que hay horarios muy extraños, con lo cual intentando dar servicio a todo el mundo que nos requiere, nos amoldamos».

Todo está pensado a gusto del cliente en un servicio «personalizado» donde la ropa se entrega en percha o doblada, lista para guardar en los cajones o estantes. «Hay quien quiere raya en la manga y hay a quien no le gusta, hay quien quiere la pinza de la espalda de las camisas marcada a lo largo de la espalda y, así, un sinfín de gustos y posibilidades», recuerda Nieves.

División de tareas

La nueva empresa llevaba funcionando un año y medio cuando comenzó el trabajo para diseñar la imagen corporativa. Loli Machancoses es la encargada de la parte «logística» y Nieves Gutiérrez de la plancha.

Los primeros clientes de la compañía son profesionales, parejas jóvenes en las que los dos trabajan y personas que por su estado de salud tienen problemas para desarrollar esta tarea doméstica como embarazadas o enfermos. «Es una necesidad, como el tener la casa más o menos limpia y hay muchísima gente que a diario tiene que ir bien vestida y planchada, camisas, trajes y demás. Con lo cual, a esa necesidad le damos servicio». La inversión para poner en marcha la compañía ha sido mínima. Los principales problemas con los que se han encontrado las dos emprendedoras están relacionados con la novedad que presenta un servicio nuevo porque «hay que explicar a cada uno que pregunta todo de pe a pa», finaliza Nieves Gutiérrez.

Precios asequibles

El desconocimiento del servicio es un problema y puede llevar a algunos potenciales clientes a pensar que no está al alcance de sus posibilidades económicas. Lo cierto es que está funcionado una de las mejores publicidades, el boca a boca, porque según Nieves Gutiérrez «los precios son asequibles».

Las tarifas se establecen en función de la prenda. Así, las corbatas o la ropa de niños de menos de seis años tienen una tarifa de un euro. La prenda con más demanda son las camisas que representa cerca del ochenta por ciento del trabajo y que tiene un precio de dos euros. Las tarifas más caras son para las americanas (3,2 euros), las fundas nórdicas (3,8 euros) y los estores (3,45 euros por metro cuadrado).

Más información:

Planching

Tel: 618 467 037

www.planching.com
E-mail: info@planching.com

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