Marisa Vega y Vanesa Domínguez decidieron abrir su propio centro de belleza hace un año y medio. Ahora se sienten más felices y, aunque el camino no ha sido fácil, quieren animar a otros a hacer lo mismo.

Se conocieron en un gabinete de belleza para el que trabajaban y pronto se dieron cuenta de que su futuro pasaba por montar su propio negocio. «Estábamos un poco cansadas de las condiciones de trabajo que se viven en este sector», explica Marisa Vega. La falta de libertad a la hora de desarrollar tratamientos para los que se exige una preparación específica, unido a un salario bajo y a una larga jornada, les impulsaron a abrir Naira.

El apoyo de sus familiares fue crucial. «No recibimos ninguna ayuda del Estado, bien porque no había fondos suficientes, bien porque estaban destinadas a otro tipo de actividad, así que pudimos alquilar un local gracias a la prestación por desempleo que percibíamos y, sobre todo, a la ayuda económica de la familia», nos confiesa Marisa. La localidad madrileña de Leganés fue el escenario elegido cuando terminaron la búsqueda de local. «Recorrimos varias zonas de la periferia y al final nos decantamos por Leganés, vimos que había mucha clientela potencial y nos gustó».

Una empresa modesta

De momento, el negocio lo llevan entre las dos socias, siendo ellas las únicas encargadas de realizar todos los tratamientos, aunque hay ocasiones que exigen el refuerzo de una tercera persona ajena a la empresa. Naira ofrece cuidados muy variados, que abarcan todo tipo de clientela, desde jóvenes de 13 años hasta mujeres con una edad avanzada. «El rango de edad es muy amplio, mientras que los adolescentes suelen acudir para eliminar el bello y reducir el acné, las señoras se decantan por los tratamientos corporales», asegura Marisa.

Otros servicios muy demandados son la fotodepilación o depilación láser, los tratamientos antiedad o con ultrasonido, presoterapia, sudoración y una amplia variedad de masajes relajantes, anticelulíticos o drenajes linfáticos, nunca terapéuticos.

Presente y futuro

«No somos un centro con precios muy caros, los tratamientos corporales van desde los 18 euros que puede costar un masaje hasta los 40 para cuidados más elaborados», nos cuenta Marisa.

Para ella, al igual que para Vanesa, el balance de este año y medio es muy positivo. «Para llevar tan poco tiempo hemos empezado muy bien, cada vez vamos teniendo más clientela y en los últimos seis meses el número de clientes ha aumentado considerablemente».

Marisa se muestra optimista de cara al futuro aunque es inevitable percibir en sus palabras cierta cautela al referirse a los gastos mensuales, que siempre pesan más al principio. Por ahora se han fijado un plazo de cinco años para recuperar el capital invertido y después ya se plantearán otras metas. En palabras de Marisa, Naira «es un negocio que no lo hemos creado solamente para ganar dinero, sino también porque nos hacía mucha ilusión y es lo que nos gusta».

Más información:

Centro de estética Naira

Calle de la Bureba, 23 – Leganés (Madrid)

Tel. 916 862 257

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