Tanto si eres un enamorado del vino, como si eres de las personas a las que les gustaría saber más sobre él para ser capaz de catarlo y comprobar su calidad, Inn Vinos te interesa. Se trata de una empresa valenciana puesta en marcha por dos emprendedoras, Amparo Claramunt Alonso y Mónica García Lucas que, tras su experiencia en el sector vitivinícola y en la gran distribución, decidieron iniciar un negocio en este área. «Pensamos en crear una empresa distribuidora dinámica, adaptada al nuevo consumidor de vino y al nuevo empresario», explican las creadoras del concepto.

Tras estudiar el mercado actual, se decantaron por crear dos líneas diferenciadas de trabajo: la distribución de vino «pedagógica» y los regalos de empresa exclusivos «que aúnan vino con elementos modernos, ‘ponibles’ y lejos de las aburridas cestas de Navidad». Además, se encargan de organizar cursos de cata y presentaciones para dar a conocer a los clientes los caldos. «Gracias a esto, el cliente tiene la oportunidad de saber más sobre el vino que bebe y catarlo antes de comprarlo», explican las emprendedoras. Para Mónica y Amparoes importante que el cliente «conozca a fondo los productos que vendemos, que conozcan sus elaboradores, la historia de su bodega y cuáles han sido las causas por las que nuestro comité de cata lo haya considerado como un vino Inn».

En cuanto a la línea de obsequios para empresas, parten de la base de «que un regalo identifica a la persona que obsequia y empresas de reconocida relevancia internacional nos han seleccionado como sus proveedores porque somos capaces de identificarnos con ellos».

Con las ideas claras

Está claro que un negocio no es juego de niños, así que la experiencia y el conocimiento del sector siempre es un punto positivo a la hora de plasmar una idea. Amparo es ingeniera técnica agrícola y realizó un master en Comercio Internacional con experiencia profesional en AC Export y Pétalos. Mónica es licenciada en Administración y Dirección de Empresas y está especializada en investigación y técnicas de mercado. Esto les sirvió para poner en marcha Exclusividad Inn Vinos, una empresa que sus fundadoras definen como «joven, comunicativa y adaptada a la tendencia actual en el consumo de vino» y que crearon de forma independiente sin fijarse en ninguna otra existente.

Para su inicio las dos socias aportaron la parte económica, puesto que no han recibido ninguna subvención hasta el momento. Eso sí, ya han conseguido el premio al Mejor proyecto innovador realizado por Mujeres Emprendedoras 2006 concedido por el IMPIVA (Instituto de Pequeña y Mediana Empresa de Valencia). Durante este tiempo, tanto Mónica como Amparo reconocen que «la principal dificultad es la selección de los productos». Día a día les llegan multitud de muestras a la oficina que hay que catar con el comité y analizar si entran en su concepción de producto. «Hay tanta variedad y tantos buenos caldos en España que nos resulta muy complicado realizar esta selección», comentan.

Sólo el principio

Este tiempo les ha servido para ir aclarando ideas y mejorando su concepto. Sus impresiones hasta el momento es que «tenemos que seguir trabajando, innovando, aprendiendo y enseñando… Nuestro día a día es frenético y esto nos encanta». De hecho, ya están preparando la campaña de Navidad 2006 y van a ampliar su colección con obsequios originales y diferentes con el vino como protagonista. «Desde Inn Vinos siempre estamos trabajando para cubrir las necesidades de nuestros clientes y trabajamos día a día para ofertar nuevos servicios. Nuestra idea es ampliar los que ya estamos ofreciendo, como más cursos de cata, más fiestas-presentación de vinos, más redes de distribución…».

Algo unido a la ampliación de su marco de actuación. «A pesar de que nuestro principal radio de acción es la Comunidad Valenciana, tenemos ya clientes en Madrid y Barcelona». Y es que poco a poco se van haciendo un hueco y son cada vez más los clientes a los que les llama la atención una forma de trabajar tan personalizada.

Un estilo de vida

«Inn Vinos no vende productos, vende filosofía, un estilo de vida», afirman rotundas. Y es que para Mónica y Amparo, «cuando un cliente viene a comprar un producto lo más importante para nosotros es el recuerdo que nuestro cliente-amigo se va a llevar del mismo, con quien lo comparta y la experiencia que va a vivir».

De ahí que la comunicación sea una de las bases de su negocio. «Una comunicación activa y de tú a tú con el cliente de forma que pueda catar y ver y entender porqué hemos seleccionado el producto que ofrecemos».

Por eso hasta el momento su público objetivo han sido personas amantes del vino y de los productos gourmet, un amplio abanico de posibilidades. Según explican, «que una persona sea amante de un buen producto no significa que deba conocer todos los que hay en el mercado. Es en este punto en el que juega un papel importante la función didáctica de la distribuidora, a través de mailings informativos, visitas a bodega, cursos de cata, etc.».

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