Tejidos y tintes naturales, hechos a mano y con acabados perfectos. La mezcla de Oriente y Occidente a través de diseños italianos y vestidos clásicos indios. Esto es lo que podemos encontrar en Fernandea, un negocio que nos trae todo el color de la India.

El mestizaje está de moda. En la comida, la música, la decoración… cada vez más la cultura oriental nos convence de sus maravillas y nos invade con su serenidad y su buen hacer. Un ejemplo lo podemos encontrar también en su moda, caracterizada por un diseño sencillo y por tejidos naturales. Si estás interesado en esta civilización y quieres adentrarte en ella a través del vestuario, Fernandea seguro que te interesa. Se trata de un negocio que hace año y medio abrió sus puertas en Madrid (C/ General Pardiñas, 25) y que se está haciendo un hueco en la ciudad gracias a sus productos exclusivos.

Su promotor es Luca Lagartolla, un italiano que decidió dar un giro de 180 grados a su vida. «Trabajaba en una empresa de information tecnology en el mundo de la sanidad», comenta. Y la idea de Fernandea se le presentó como la manera de «cambiar vida y de trabajo y tener una experiencia en el exterior». Gracias a esta decisión nació Fernandea, un local donde encontramos prendas de la India, todas realizadas de forma artesanal en telares antiguos y con tejidos y tintes cien por cien naturales, como camisas, kaftanes, vestidos y pashminas.

En su aventura no está sólo. Para la puesta en marcha de la tienda ha contado con la ayuda de una socia, que ya disponía de un establecimiento como éste en Roma. «Es una amiga que conozco desde hace muchos años. Mi socia está licenciada en literatura indiana, hizo su tesis de carrera sobre los telares de la India y pasó un año allí estudiándolos». Después de esta investigación, tuvo la idea de poner un negocio en el centro histórico de Roma, que ya gestiona desde hace ocho años. En Madrid, la elección recayó sobre el barrio de Salamanca. «Hemos elegido este barrio porque es una zona buena de Madrid, que tiene fama, que es bastante comercial y con un alto poder adquisitivo. Hasta hacerse con el local tardaron seis meses y tuvieron que invertir, al 50 por ciento, capital personal, sin ninguna ayuda ni subvención. El plan de carrera no fue necesario puesto que contaban con la experiencia de Italia y la idea era copiar el modelo en su homónimo madrileño.

Con la garantía de Fabindia

Luca define su producto como «ropa de la India, pero un poco particular». La principal diferencia de esta mercancía es que «no es de mercadillo». Para sus ventas utiliza la ropa elaborada por la marca Fabindia, «que en India es muy famosa, puede ser un Armani en Italia», explica Luca.

Y es lo que hace única a Fernandea. Ropa para hombre y mujer y para el hogar con una alta calidad. Esta marca fue fundada en Nueva Delhi por John Bissell, un americano enamorado de la India y de sus tradiciones que en los años sesenta decidió iniciar una pequeña producción textil. Es un trabajo de recuperación y uso de las antiguas técnicas textiles y de estampación que en la India cuenta con 100.000 artesanos repartidos por distintas regiones. «Es un sinónimo de garantía y alta calidad. Está elaborada por talleres artesanales pequeños que trabajan en sus propios pueblos. No hay nada de fábrica ni de explotación», explica Luca.

Por eso, Fernandea es única en su mercado, algo que le hace aumentar paulatinamente su clientela. Para conseguir mayor número de visitas, han creado diseños personalizados a la moda europea. «Para adaptarlo al gusto occidental, mi socia y una estilista han creado un diseño italiano». Por eso podemos encontrar, entre las chaquetas y kaftanes propios del diseño indio, pantalones de seda al estilo italiano.

Catering y masajes

Para ofrecer un valor añadido a su clientela, Fernandea cuenta con servicio de masaje y catering. «A los clientes a los que les gusta esta ropa también sienten la pasión por la cultura oriental en general. Por eso trabajamos con un centro de masaje, propiedad de una clienta. Cada semana viene una chica que da masajes cuando está cerrada la tienda», explica el dueño de Fernandea.

Y para completar su oferta también han introducido un catering, con servicio a domicilio, y que proporciona especialidades orientales.

Y en el futuro

Para Luca Lagartolla la acogida ha sido positiva, sobre todo para ser el primer año de existencia de este negocio. «Poco a poco se están haciendo los clientes. Y cuando se encuentra uno, ya no se pierde», comenta el italiano. El secreto, el carácter exclusivo de sus productos. Algo que también se ha convertido en una de las dificultades a las que han tenido que enfrentarse. «La señora que compra este producto debe entender que nosotros utilizamos cinco clases de seda diferente, elegimos sólo las de mayor calidad porque hemos querido darle un nivel a la tienda y a la ropa -y prosigue-.Hay que entender que es ropa hecha a mano perfectamente, que no se puede encontrar en un mercadillo».

Para ofrecer la mayor variedad, Luca viaja una vez al mes a Roma para mantener actualizado el stock de mercancías. Gracias a sus viajes encontramos una gran variedad de productos, todos de un gran colorido, entre los que destacan los vestidos y camisas con tintes tornasolados. Para hacer llegar su producto a una mayor clientela, entre sus perspectivas está la de cambiar la ubicación del local a una zona del mismo barrio, pero más concurrida y más cercana a los locales de mayor prestigio. Mientras, podemos disfrutar de manera personal del tacto de esta seda única.

© Laboris