Juan Luis Urcola Tellería, autor de ‘La motivación empieza en uno mismo’.

La motivación es un factor clave en el trabajo, pero para generarla se precisa una labor constante.
Juan Luis Urcola conoce bien sus resortes, que ha recogido en su libro, publicado por ESIC, «La motivación empieza en uno mismo».

¿Qué entiende usted, en el ámbito del trabajo, por motivar a otros y por motivarse a uno mismo?

Motivar es «mover» a una persona a realizar algo que deseamos que realice, es generar en otros una energía conducente al logro de un fin, es dar o tener un motivo para la acción. Automotivarse es «moverse a sí mismo» a hacer aquello que corresponde hacer, es generar en nosotros mismos la energía necesaria para hacer algo que deseamos realizar o consideramos que debemos realizar.

Su último libro lleva por título «La motivación empieza en uno mismo», una afirmación con la que todos estamos de acuerdo. Pero en ocasiones lo de fuera puede con lo de dentro. ¿Es posible automotivarse en una empresa experta en desmotivar a su gente?

Por supuesto. La motivación empieza en uno mismo. Los factores externos contribuyen a facilitar o estropear nuestra propia motivación, pero no hasta el grado de anularla totalmente. Lo de fuera no debe poder con lo de dentro. Si a lo de fuera le damos el poder de motivarnos también le damos el de desmotivarnos. Por ello, tenemos que tomar conciencia de que cada uno de nosotros somos los responsables de nuestra propia motivación. Lo fácil y cómodo es echar la culpa de nuestras desgracias a algo o alguien.

Según sus propias palabras los «trabajadores motivados y entusiasmados con su trabajo constituyen en los momentos actuales una rara especie que es necesario proteger». ¿No le parece una afirmación muy fatalista? ¿Por qué ha crecido tanto la insatisfacción?

No es fatalista, es cierta debido a que a las personas no se les presta la debida atención, a que sólo se quiere de ellas su esfuerzo físico, apenas se utiliza su inteligencia, su entusiasmo, su creatividad, y se cuenta muy poco con ellas… Independientemente de que eso sea un gran despilfarro lleva a que el trabajador pierda su entusiasmo y se encuentre muy alejado de la deseada integración.

¿Qué se puede hacer para motivar a un desmotivado? ¿Es todo el mundo recuperable?

A un desmotivado lo primero que hay que hacer, si se puede, es «arreglarle» su desmotivación. Un desmotivado es como un balde con un agujero en la base: por mucha agua que le echemos se escapará toda ella. A un desmotivado por mucho que tratemos de motivarle de nada valdrá si no arreglamos su desmotivación. Otra cuestión más compleja es cómo arreglar la desmotivación. Hay casos solucionables y casos irrecuperables.

También afirma que «si estamos motivados o desmotivados, si tenemos o no energía interior que nos mueva hacia los destinos a donde debemos dirigirnos, el principal mérito o culpa es nuestra». ?Qué rotundo!

Lo fácil y cómodo es echar la culpa de nuestras desgracias a los demás. Es preciso tener muy claro que tanto si estamos motivados como desmotivados el principal mérito o culpa nos corresponde a nosotros. Hay que huir del victimismo ya que ello sitúa el problema fuera de nosotros, arruina nuestro futuro y pone nuestra vida emocional en manos de un tercero.

A todo el mundo no le motivan las mismas cosas, ¿cómo se averigua lo que prefiere cada uno?

Hablando con las personas, escuchándolas, conociéndolas en profundidad. Cada ser humano es un mundo y no motiva a todos lo mismo. Lo que me motiva a mí puede que no motive a los demás. Para motivar a otros hay que conocer sus necesidades y preferencias.

Motivar no es fácil, ¿cree que puede aprenderse en un curso o leyendo un libro? ¿Cuáles son las herramientas que debe utilizar un jefe o directivo para motivar a otros hacia el trabajo?

Verdaderamente motivar no es una cuestión fácil ni a veces posible, pero puede aprenderse lo que procede hacer y lo que no procede. Hay muchas veces acciones que realizamos con la mejor voluntad de motivar que a la larga son más desmotivadoras que motivadoras.

Para motivar a otros en el ámbito laboral hay que empezar por una retribución justa y adecuada al trabajo que se realiza; hay que tratar a las personas con el máximo respeto; hay que proponerles retos atractivos; hay que ofrecerles el debido reconocimiento por el trabajo bien hecho y hay que crear marcos de relación donde el trabajador pueda desempeñar su labor con satisfacción.

Alerta usted en su libro sobre el peligro de tratar por igual a los trabajadores «buenos» y a los «malos», explíquese.

Efectivamente. Una de las acciones más desmotivadoras que existe es tratar igual a los trabajadores buenos y a los malos. Con el tiempo se corre el peligro de que casi todos los empleados se vuelvan malos.La aplicación del café con leche para todos es injusta y a la larga desmotivadora.

¿Cree que a las personas clave dentro de las empresas hay que motivarlas más que al resto?

Por supuesto. Los primeros que tienen que estar «super» motivados son los jefes, que son las personas clave de la empresa, ya que si ellos no están motivados no van a poder motivar a sus colaboradores. Para motivar a los demás hay que estar motivado uno mismo.

El motor interno

«La motivación empieza en uno mismo» es una obra enfocada a todas aquellas personas que deban dirigir equipos de trabajo y tengan interés en hacerlo de forma profesional. Qué es la motivación, para qué motivar, a quién motivar, qué relación hay entre motivación y dinero, la desmotivación y cómo motivar a los demás y motivarse a sí mismo son algunos de los capítulos de esta obra.

El autor, Juan Luis Urcola Tellería, es licenciado en Economía; master en Dirección por la Universidad Deusto y profesor mercantil; master en Dirección de MK y consultor y formador de directivos. Ha sido director de marketing y de RR.HH. en la Caja de Ahorros de Guipúzcoa y San Sebastián – Kutxa.

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