Los estudiantes de ámbitos con mucha demanda de personal no lo tienen difícil para combinar los estudios con trabajos a tiempo parcial. Ocurre en muchos ciclos de formación profesional y en algunas carreras universitarias, principalmente las técnicas.

Pero, ¿y los demás? ¿Vale la pena el esfuerzo de ir a trabajar después de las clases si lo que hacen no tiene nada que ver con su vocación? Posiblemente sí, sobre todo porque adquieren experiencia en algo igualmente importante: el mundo de la empresa. Y eso aumenta su valor en el mercado de trabajo.

Los expertos en recursos humanos no se cansan de repetir que, a igual formación académica, lo que marca la diferencia entre dos candidatos a un puesto de trabajo son las competencias: adaptabilidad a los cambios, orientación al servicio, capacidad de trabajo en equipo, habilidades de comunicación, iniciativa? Cada persona tiene estas competencias desarrolladas en mayor o menor grado. Y si algo puede potenciarlas es, sin duda, la experiencia laboral.

El haber trabajado durante los estudios no sólo hace a la persona más atractiva para las empresas, sino que ayuda a desarrollar de manera precoz lo que el psicólogo e investigador Daniel Goleman llama «conciencia política»: la capacidad de identificar las emociones y las relaciones de poder en un grupo de personas. Este factor es clave para integrarse con éxito en nuevos equipos de trabajo.

Qué buscan las empresas

La mayoría de las ofertas de empleo a tiempo parcial para estudiantes solicitan universitarios. Las empresas buscan jóvenes con una cultura general media-alta, suelen dar más importancia a las habilidades que a la formación académica y, por encima de todo, valoran algo tan básico como la seriedad y la responsabilidad en el trabajo.

Las puntas de contratación se dan en Navidad y verano, pero pueden encontrarse ofertas de trabajo a tiempo parcial durante todo el año.

Los medios especializados, las bolsas de empleo de las universidades y las empresas de trabajo temporal son algunos de los canales para acceder a ellas.

Las ofertas más frecuentes

Las jornadas de trabajo a tiempo parcial suelen ser de cuatro, cinco o seis horas en horario de mañana o tarde, aunque algunas empresas -industriales, de logística o de gran distribución, por ejemplo- ofrecen también turnos completos de ocho horas en horario nocturno.

En general, las empresas que buscan estudiantes son flexibles en el horario. En algunos casos, como el telemarketing o las promociones de producto, la flexibilidad es máxima y los jóvenes pueden elegir entre un amplio abanico de turnos.

En la lista de las ofertas más habituales para trabajar a tiempo parcial, perfiles tradicionales como el de auxiliar administrativo o el de promotor de producto siguen constando entre los más solicitados.

© Laboris