La imagen de la organización no gubernamental que funciona gracias al trabajo exclusivo de los voluntarios no se corresponde con la realidad actual. Las ONG necesitan del voluntariado como apoyo básico para conseguir sus objetivos sociales pero, cada vez más, precisan de profesionales cualificados y comprometidos que den continuidad a sus proyectos. El denominado sector no lucrativo español ocupa ya a más de 475.000 trabajadores remunerados, un 4,5 por ciento del total de empleados españoles.

En muchos casos es un mercado todavía sin definir que ofrece salarios bajos y condiciones laborales poco atractivas pero las asociaciones más consolidadas empiezan a apostar por ‘competir’ con el mundo empresarial a la hora de retener talento.

Trabajar en este sector no está al alcance de todo tipo de personas ya que se requieren unas cualidades específicas como el compromiso con la organización, la capacidad para trabajar en equipo, claridad de ideas y una imprescindible sensibilidad hacia los problemas sociales. Pero, además, en la mayoría de los puestos también es muy importante el conocimiento de uno o varios idiomas.

Entre 25 y 40 años

El informe del año 2005 elaborado por la Coordinadora de ONGD de España (CONGDE) examinó el funcionamiento de 71 organizaciones para concluir que tres de cada cuatro empleados de estas asociaciones son mujeres y tienen entre 25 y 40 años contando con una elevada preparación (casi siempre universitaria) y reciben unas remuneraciones muy bajas si se comparan con puestos similares del mundo empresarial. Si comparamos a estos trabajadores con el resto del sector terciario, podemos concluir que el 87 por ciento de sus trabajadores tiene menos de 45 años mientras que en el resto del área de servicios se sitúa en el 69 por ciento. La presencia del voluntariado se deja notar más en los menores de 25 años donde el porcentaje de trabajadores con contrato es menor que en las empresas de servicios.

Otra de las conclusiones que se puede extraer es que los empleos están muy ligados a los proyectos y las ayudas públicas que llevan aparejados con un elevado número de contratos por obra y servicio y una alta temporalidad que llega a niveles muy elevados entre los trabajadores más jóvenes. Las diferencias son muy destacadas entre los trabajadores de las sedes de las ONG y los empleados que desarrollan su labor sobre el terreno, especialmente en las organizaciones dedicadas a la cooperación al desarrollo.

La estructura de estos colectivos se ha ido acercando progresivamente al funcionamiento de las empresas privadas y en la actualidad los organigramas no difieren demasiado, aunque continúan existiendo algunas características específicas en las organizaciones sin ánimo de lucro.

Las ONG buscan profesionales

Las ayudas y los proyectos que desarrollan las entidades sin ánimo de lucro requieren de personal cualificado en áreas tan diferentes como la administración o la captación de fondos.

Las organizaciones no gubernamentales cada vez tienen más ámbitos de actuación y con ellos más ingresos procedentes de ayudas públicas. Esas subvenciones se relacionan con proyectos a desarrollar para los que es necesaria una gran dedicación que el personal voluntario rara vez puede aportar. En este punto es cuando los profesionales adquieren gran importancia para estas asociaciones. La capacidad para formular proyectos, captar fondos o en administración y marketing son muy valoradas aunque para atraer a estos trabajadores se requiera un componente emocional ya que según Hacesfalta.org la diferencia de salario entre el sector no lucrativo y la empresa privada ronda el 40 por ciento.

Los sueldos se mueven en una horquilla muy amplia que iría desde los 1.000 a los 2.000 euros mensuales brutos aunque las diferencias entre los directivos y los empleados son muy inferiores a las que se dan en la empresas privada.

Lo que debe hacer un candidato

La Fundación Chandra considera que los candidatos a trabajar en una organización no gubernamental tienen una gran desorientación en cuanto a lo que supone trabajar en este sector.

La elevada motivación es otra de las características de los solicitantes de empleo mientras que uno de los principales problemas con los que se encuentran es la frustración por el dilatado periodo de tiempo que transcurre desde que se plantea trabajar hasta que recibe respuesta de alguna entidad. Para la fundación solidaria, los curriculos están, en general, «poco elaborados, son extensos, no orientados al sector y escasamente actualizados».

Otro de los problemas que detecta esta entidad es «la confusión» entre los puestos voluntarios y los remunerados.

En España hay más de 251.000 organizaciones no lucrativas en las que cerca de un millón de personas prestan sus servicios durante una media de cuatro horas semanales. Si a estos datos sumamos los 11 millones de asociados y los 25 millones de cuotas abonadas, es fácil concluir que el sector no lucrativo en nuestro país está en pleno auge.

La importancia de las cifras y el vertiginoso crecimiento del asociacionismo en los últimos diez años nos sitúa a la altura de países con una tradición de décadas en estos movimientos ciudadanos como Francia o Alemania, aunque muy por debajo de potencias de este sector como Holanda, Bélgica o Estados Unidos.

El área de las entidades no lucrativas se dirige principalmente a las carencias educativas, de la salud y los servicios sociales, llegando donde las administraciones públicas no cubren todas las necesidades. Los campos de las organizaciones varían al ritmo de la propia sociedad y del crecimiento del estado del bienestar. Como ejemplo, una de las ONG más importante del mundo, Cruz Roja prestaba asistencia de transporte sanitario en muchos puntos de España donde la administración pública no contaba con una infraestructura para atender estos servicios pero a medida que esa situación se ha paliado, la entidad ha podido canalizar todos sus recursos y proyectos hacia otros campos que están menos atendidos, como la población inmigrante. El número de ofertas de trabajo se ha triplicado en los últimos años.

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