Hay que cursar la carrera de ingeniería industrial, que imparten muchas universidades españolas. Es una formación polivalente que combina conocimientos tan diversos como mecánica, electricidad, electrónica, metalurgia, química, textil, organización industrial, robótica, etc., con asignaturas de gestión y economía.

Esta doble visión técnica y de empresa hace que muchos ingenieros industriales opten por abrir su propio despacho y consigan en poco tiempo que funcione con éxito. Sin embargo, conviene que se formen en el área comercial porque la falta de aptidudes y actitud para la venta se puede convertir en su talón de Aquiles.

Conseguir experiencia

Lo tienen fácil pues la suya es una de las profesiones con más demanda en el mercado laboral. Pero no se consigue en poco tiempo, necesitarán al menos cinco años. Durante los tres últimos conviene cambiar de empresa para conocer diferentes sectores, culturas empresariales y formas de resolver problemas.

Pueden trabajar en cualquier sector: industrias de electrónica, mecánica, metalurgia, informática, comunicaciones, electrometría, radiocomunicación, telefonía, cibernética, desarrollo tecnológico, química, textil, naval, etc. Y realizar infinidad de funciones: desde diseño de proyectos hasta consultoría técnica.

Dónde abrir el despacho

En grandes ciudades, en su área metropolitana y en cualquier zona con tejido industrial. Lo idóneo es crear una sociedad limitada con dos o tres profesionales afines -arquitectos o ingenieros de especialidades complementarias.

Pero antes hay que definir las funciones de cada uno e incluso detallarlas en los estatutos para evitar cualquier sorpresa. Los socios deberán ser personas que nos inspiren confianza y que compartan nuestros objetivos empresariales.

Además, conviene hacer un plan de empresa con unos objetivos ambiciosos, pero realistas y que sirva de guía sobre la evolución del negocio. Deberá incluir planes para las diferentes áreas de actividad, principalmente: marketing, operaciones, área económico-financiera y aspectos jurídicos y fiscales.

Conviene que casi todos los socios salgan a vender. No se debe enviar a un comercial porque para tratar con el cliente se necesitan conocimientos técnicos muy específicos y la venta se consigue por confianza.

Cómo hacer clientes

Escuchando atentamente sus problemas, adaptándonos al registro de cada uno de ellos. Hay que actuar con humildad, entendiendo que el empresario no tiene porque ser un experto en ingeniería. Deberemos hablar en su lenguaje para que comprenda las soluciones que le proponemos y nos considere un asesor global.

Los servicios que prestemos deberán ser de calidad porque ése es uno de los principales factores de fidelización del cliente, que en la mayoría de casos será una pequeña o mediana empresa. Aunque tratemos con pymes, los problemas que nos planteen pueden ser tan complejos como los de una multinacional.

La red de contactos personales, las bolsas de trabajo y los servicios de promoción de encargos profesionales que tienen algunos colegios de ingenieros nos darán acceso a los primeros clientes. Luego el boca-oreja funcionará casi por sí solo.

Las áreas que ofrecen más oportunidades son la seguridad y la prevención de riesgos laborales, ya que en los últimos años las normativas nacionales y europeas obligan a las empresas a ponerse al día en estas áreas para gestionar adecuadamente sus residuos y controlar la contaminación del aire y el agua, etc.

Los servicios de los ingenieros industriales son imprescindibles para rediseñar instalaciones y procesos de trabajo. La competencia es libre, pero no está de más tarifar de acuerdo con la orientaciones de los colegios profesionales y hacerlo por horas o por proyectos según cual sea la envergadura del trabajo a realizar.

Buenos consejos

  • Reciclar conocimientos constantemente, ya que la tecnología cambia con mucha rapidez.
  • Desarrollar la capacidad de comunicación oral y escrita. Muchas veces el éxito de un proyecto radica en lo bien o mal que lo presentemos.
  • Si el despacho crece, realizar la ampliación poco a poco. Al principio es mejor pasar clientes o a otras consultoras que aumentar nuestra estructura.

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