Para abrir un despacho profesional es necesaria la carrera de arquitectura, que se imparte en muchas universidades españolas. Son estudios que proporcionan unos buenos conocimientos de base, pero que conviene completar con cursos de especialización.
La carrera se centra en la realización de proyectos. Apenas se profundiza en contenidos de otras áreas como estructuras, instalaciones, legislación, tramitación de proyectos, etc., que deben conocerse para trabajar de forma profesional.
Para empezar a ejercer hay que tener el titulo, y para obtenerlo hay que tener acabado el proyecto de fin de carrera, darse de alta del IAE, estar colegiado de pleno derecho y darse de alta en la Seguridad Social o bien en la Hermandad de Arquitectos Nacional.
También conviene contratar un seguro de responsabilidad civil si se realizan proyectos y direcciones de obras, tasaciones, peritajes, informes, dictámenes y certificados, aunque no es obligatorio.
Conseguir experiencia
Muchos arquitectos empiezan a trabajar por su cuenta nada más acabar la carrera. Otros combinan proyectos propios con el trabajo en empresas o despachos profesionales hasta que consiguen la suficiente experiencia para independizarse.
Otra buena forma de aprender consiste en algo tan simple como visitar edificios en construcción acompañados de los responsables de la obra. Es la mejor forma de ver in situ cómo se ejecutan los proyectos de un arquitecto.
A la hora de abrir un despacho propio conviene compartir el local con profesionales de disciplinas complementarias como diseñadores de interiores, ingenieros y aparejadores.
Eso ayudará a repartir algunos gastos: alquiler despacho, teléfono, fotocopiadora, etc. Hay que considerar que el coste para iniciar la actividad durante el primer año será superior a los 6.000 euros sin contar los gastos de despacho.
Muchas veces habrá que subcontratar servicios a otros arquitectos especializados o a ingenieros, ya que el mundo de la construcción es cada vez más complejo y si no se domina un área es mejor apoyarse en expertos. Se acostumbran a pedir:
- Cálculos estructurales. En ellos se determina con precisión las características de los cimientos, pilares y otros elementos de sostén del edificio.
- Cálculos de instalaciones. Por ejemplo de gas, electricidad, aire acondicionado y ventilación.
- Estudios de riesgos. Describen posibles riesgos y medidas de seguridad de un edificio. Su presentación es obligatoria al realizar un proyecto.
Dónde abrir el despacho
En las grandes ciudades aún queda mercado para trabajar, pero la competencia es feroz. Hay más oportunidades en poblaciones menores donde todo el mundo se conoce. En cualquier caso, la demanda de arquitectos es alta. El enfriamiento de la economía aún no les ha afectado mucho.
En cuanto a las actividades novedosas que tienen más salida, destacan la rehabilitación y el mantenimiento y la conservación de edificios. Los profesionales que cursen formación específica en estas áreas tienen el futuro prácticamente asegurado.
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