¿Has oído decir que las habilidades sociales de los empleados son cada vez más valoradas por las empresas? Tanto para enfrentarte a una entrevista laboral como para moverte en el día a día de una compañía debes conocerlas y utilizarlas. Pero no sólo te serán útiles en estos dos campos.

Las conductas que permiten una mayor fluidez en las relaciones con los demás y con uno mismo se conocen como habilidades sociales. Abarcan un gran número de situaciones:

  • Facilitan la comunicación y la reivindicación de los propios derechos sin negar los ajenos.
  • Evitan la ansiedad en situaciones difíciles o cambiantes.
  • Potencian nuestra capacidad para resolver problemas y rendir con mayor eficacia.
  • Ayudan a mejorar nuestra autoestima.

En algunas ocasiones nos da miedo hablar, somos incapaces de pedir un favor o ignoramos cómo defender nuestros puntos de vista, y cuando lo hacemos molestamos al prójimo.

Estos comportamientos dificultan nuestra actividad normal de trabajo y en el plano personal crean múltiples conflictos internos.

Las habilidades sociales se aplican a casi todos los ámbitos de la rutina profesional. Tanto en las relaciones interpersonales como en el trato con clientes configuran una especie de barniz que te permite actuar correctamente, manteniendo siempre una actitud positiva y mostrando una serie de valores que impulsarán al alza la opinión que tienen los demás de nosotros.

Cuáles son

Dependiendo del puesto que ocupes en una empresa o institución, deberás intuir qué cualidades personales son las que mejoran tu rendimiento. Existe una premisa previa: autoconocimiento. Necesitas saber cuáles son tus puntos flacos y aquellos en los que das la talla.

Este proceso es personal y comparativo. En parte reflexiona sobre tus defectos y, para conseguir una visión global, observa cómo se desenvuelven los profesionales que tienes a tu alrededor.

Existen unas habilidades sociales que podrían ser aplicables a prácticamente cualquier puesto de trabajo:

  • Optimismo
  • Creer en uno mismo
  • Saber asumir riesgos y responsabilidades
  • Compromiso
  • Vocación de servicio

Asimismo, hay cuatro habilidades sociales muy valoradas en la empresa moderna:

  • Capacidad de comunicación: convencer, escuchar, persuadir, exponer claramente ideas, formular las preguntas adecuadas para conseguir la información que necesitas… parece sencillo pero es todo un arte.
  • Flexibilidad: se ha puesto muy de moda en los últimos años con motivo de la incertidumbre económica. Un buen profesional debe ser útil ?para un roto y para un descosido?, tener cintura, una mentalidad abierta y alta adaptabilidad al cambio y a las situaciones difíciles.
  • Empatía: la habilidad para entender las necesidades y los sentimientos de los demás. Consiste en ponerse en el lugar del otro y responder con acierto a sus necesidades emocionales. Si entiendes las motivaciones de los demás, te podrás adaptar mejor a sus intereses.
  • Trabajo en equipo: las empresas de éxito se estructuran como una suma de grupos de personas que deben cooperar y colaborar juntos.

Las empresas buscan personas que respondan a este perfil sobre todo para sus cargos intermedios o altos. Los profesionales que desarrollan estas habilidades promueven un clima de trabajo agradable y un mayor rendimiento.

Su importancia para encontrar empleo

Este ?manual de buenas maneras? también tiene su aplicación en los procesos de selección. Los reclutadores buscan que el perfil para el puesto de trabajo, la filosofía de la empresa y el perfil del candidato sean lo más aproximados posible.

Hoy ya no resulta imprescindible ser el primero de la clase o tener un c.v. cargado de conocimientos técnicos para salir victorioso de una entrevista laboral, lo cual es esperanzador cuando buscas un primer empleo. Cuando careces de experiencia,
las habilidades sociales son todavía más importantes.

Los entrevistadores, por regla general, se fijan en:

  • Autoconfianza, autocontrol, motivación: repercute directamente en la eficacia mientras trabajamos y en la gestión que hacemos del tiempo.
  • Empatía y habilidades sociales: toda comunicación es un juego de persuasión. El entusiasmo, las dotes comunicativas y un profundo conocimiento de ti mismo y de tus metas son ingredientes que destacan a simple vista y enganchan al reclutador.

Realizar una entrevista es como llevar a cabo una venta: hay un producto -tú- que debes explicar de forma atractiva a un comprador -el entrevistador-. Así pues, vende con elegancia, vistiendo tus aptitudes y mostrando las acciones que llevas a cabo para combatir tus defectos. Diciendo siempre la verdad pero explotando tus habilidades comunicativas.

Cómo y dónde se adquieren

La eterna pregunta es si estos comportamientos son innatos o se pueden adquirir. La verdad es que todos los poseemos en mayor o menor grado, pero indudablemente se pueden perfeccionar.

A esta tríada de elementos se le suma un cuarto: la formación continua en forma de cursos, seminarios y un extenso surtido de bibliografía al respecto.

La oferta de cursos sobre habilidades sociales dirigidas a recién titulados y personas que lleven poco tiempo en el mercado laboral es limitada ya que casi todos los programas se orientan a directivos con años de experiencia.

Las iniciativas que más pueden agradecer los jóvenes son los cursos de verano y de extensión universitaria sobre habilidades sociales y personales que se cursan en diferentes centros. También hay otras opciones:

  • En cursos de posgrado o master -sobre todo orientados al marketing, gestión, alta dirección o comunicación- se suele hacer hincapié en habilidades sociales.
  • Desde Internet puedes encontrar cursos y conferencias a precios económicos.
  • Seminarios organizados por escuelas de negocios, consultoras, empresas de comunicación y cámaras de comercio.

La mayoría de estas actividades incluyen ensayos de situaciones ficticias y dinámicas en grupo para descubrir en qué momentos se deben utilizar las habilidades sociales y de qué manera. Simplemente, se aprende practicando.

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