Quién no ha deseado alguna vez que le subieran el sueldo. Sin embargo, hacer realidad este deseo va a depender, en gran medida, del modo que tengamos de solicitarlo y de exponer las razones por la que creemos que merecemos ese incremento. Cuando nos contrata una empresa, siempre se fija una contraprestación económica. Muchas empresas, al cabo de un tiempo, revisan el sueldo de sus trabajadores en función de la responsabilidad laboral desempeñada durante todo ese tiempo. Sin embargo, no todas las compañías llevan a cabo este reajuste económico y, a menudo, los trabajadores tampoco osan pedirlo ni se atreven a dar ese paso.

Si te has planteado pedir un aumento de sueldo, debes tener en cuenta cuándo, cómo y por qué lo vas a solicitar. Evidentemente, van a analizar las aportaciones que tú has hecho a la empresa y si no has realizado nada, las razones que expongas de poco te van a servir. La argumentación y el razonamiento son fundamentales, no basta sólo con ir al despacho de tu jefe y decirle que quieres un aumento de sueldo, sino que deberás explicar lo más lógicamente posible por qué te lo mereces.

Buscar el momento

Para pedir este aumento de sueldo, es importante tener en cuenta el período del año en el que nos encontramos porque no todos los meses suponen lo mismo para la empresa. Por ejemplo, si estamos en el mes de junio, seguramente tu solicitud se perderá en el olvido. Por eso es muy importante que tengas en cuenta el período en el que te encuentras. Algunas empresas conceden aumentos de sueldo antes de cerrar los presupuestos anuales, que acostumbra a ser a finales de año. Cuando el ejercicio está cerrado, suele ser muy complicado que te concedan un incremento salarial porque no se suelen ampliar las partidas de gastos y hay que esperar al siguiente año.

Por otro lado, es aconsejable aprovechar las situaciones en las que se ofrece un ascenso, se tiene un éxito profesional o bien se designan más responsabilidades. Estos son los mejores momentos, ya que si nos merecemos un ascenso, también nos merecemos un aumento de sueldo y a la vez nosotros dispondremos de argumentos para justificar nuestra solicitud.

Después de escoger el momento, llega la hora de plantearlo a tu superior, normalmente no vale con llegar y pedirlo directamente. Seguro que más de una vez has pensado para ti mismo las razones por las que te mereces el aumento de sueldo. Para ello, lo mejor es apuntar en un papel los argumentos por los que crees que deberían dártelo. De este modo, evitarás quedarte en blanco u olvidarte algo que sea importante para que tu responsable tenga en cuenta.

Además, puedes incluir las responsabilidades que tienes, los logros que has conseguido, el tiempo que ha transcurrido desde la última vez que te revisaron el sueldo, y, sobre todo, la situación en la que se encuentra el mercado. Para ser conocedor de esta situación, debes informarte de los sueldos que tienen profesionales como tú en otras empresas del mismo sector. De esta manera, también sabrás si estás valorado correctamente dentro de la empresa.

Si quieres que tu responsable te tenga en cuenta, es importante que también escojas el momento oportuno y lo pienses detenidamente antes de dar el paso. Evita pedírselo en la mitad de pasillo, cuando esté a punto de irse para casa o cuando esté ocupado. Lo mejor es que solicites una reunión con él para poder hablar tranquilamente y donde te preste toda su atención.

¿Cuánto pido?

Antes de pedir un aumento de sueldo, es fundamental pensar con anterioridad qué importe queremos que nos suban y no dejar que sea la empresa la que decida, aunque sea ésta, evidentemente, quien tenga la última palabra. Una vez digamos dicha cantidad, deberemos volver a exponer nuestros argumentos, ya sea por el incremento de responsabilidades, o, por ejemplo, para equipararnos con otros compañeros del mismo sector. En este sentido, tienes que evitar ir de víctima, los agravios comparativos o mencionar tu situación económica porque los gastos que tú tengas forman parte de tu ámbito estrictamente personal y no son competencia de la empresa. ?sta no es un banco ni una institución de la caridad.

Sin amenazas

Tampoco hay que amenazar con dejar nuestro puesto de trabajo si no nos conceden el aumento que solicitamos, ni poner un ultimátum a nuestro superior, porque si algo está claro en el marco laboral es que no hay nadie que sea totalmente imprescindible, por mucho cargo o responsabilidad que tenga dentro del equipo. No obstante, algunas veces el hecho de mostrar alguna oferta de otra empresa, hace que nuestro responsable nos efectúe una contraoferta. Pero es una apuesta muy arriesgada que puede hacer que al final acabemos perdiendo el trabajo que, en principio, no queríamos abandonar. Finalmente, el mejor consejo para pedir un aumento de sueldo es ser sincero y mostrar siempre nuestros argumentos de un modo convincente y razonable. En este sentido, es fundamental que pienses detenidamente antes de actuar.

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