No es la forma más habitual de entrevista, y en lamayoría de los casos ni siquiera se plantea como un todo, sino simplemente como una parte más del diálogo. Sin embargo, es conveniente que el candidato esté preparado para superar una prueba como ésta, en la que se valorará su madurez y su capacidad de respuesta.

El entrevistador puede incluir la tensión utilizando métodos diversos. Entre los más comunes se encuentran criticar las opiniones del entrevistado, interrumpirle, o guardar un largo silencio después de que el candidato haya terminado de contestar. En estos casos es normal que el entrevistador discuta todo lo que el entrevistado le comenta, con el objetivo de inducir al candidato a errores o contrariedades y resaltando los puntos débiles de su currículo. El tono empleado será crítico e irónico.

El uso del método de tensión o de choque en mitad de la entrevista tiene un gran número de ventajas para el seleccionador, ya que le permite escrutar minuciosamente al candidato en busca de posibles engaños. De todas formas, nunca se utiliza al comienzo de la entrevista, pues imposibilita el comportamiento normal del candidato desde el principio. No hay que olvidar que una entrevista de trabajo ya es, de por sí, una prueba de choque para el candidato.

Y a todo esto, ¿Qué actitud debe tomar el entrevistado? ¿Relajarse o aceptar el «duelo» que le propone el seleccionador? La mejor solución es no discutir directamente con el entrevistador, sino reconducir sus afirmaciones de forma que no sean tan hirientes. Por ejemplo, si afirma que con la experiencia que acreditamos ve complicado que seamos capaces de sacar adelante el puesto que nos ofrece, podemos rebatirle diciendo que somos una persona con rápido aprendizaje y alta motivación.

Siempre, eso sí, manteniendo la calma y la cortesía, hablando con voz clara pero moderada y sin perder nunca los papeles. Lo más importante es que no te pongas nervioso ni te sometas a las afirmaciones del entrevistador, sino que mantengas tu propia postura con buen criterio.

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