Se trata de juegos, debates o situaciones simuladas en los que has de participar junto con otros candidatos. Mientras tanto, el equipo de seleccionadores toma nota de los comportamientos y actitudes que van surgiendo.

Las dinámicas de grupo se aplican en muchos campos, desde la creación publicitaria hasta los tratamientos terapeúticos. En recursos humanos, se utilizan preferentemente en la búsqueda de directivos, aunque no resulta nada extraño encontrárselas en cualquier tipo de selección.

Y es que ejercicios de este tipo permiten descubrir muchas características de las personas cuando entran en contacto con un grupo. Así se ve si un candidato trabaja bien en equipo, si coopera, si escucha a los demás, si es creativo, si tiene madera de líder…

Lo habitual es que la dinámica de grupos se combine con otras pruebas, como tests o entrevistas individuales. No hay resultados más decisivos que otros, pues todo depende de lo que se vaya viendo a lo largo del proceso. Pero, por regla general, la dinámica de grupo suele tener más importancia que la cantidad de aciertos en el psicotécnico.

¿Cómo actuar?

En las entrevistas de selección, hay varias preguntas típicas que surgen casi siempre y que te puedes preparar tranquilamente en casa.

En las dinámicas no ocurre esto: cada una funciona de manera diferente. Quizás, por casualidad, el juego o situación propuesta te resulte familiar, pero es imposible prever las reacciones de tus compañeros y lo que va a suceder. Así que no elabores ninguna estrategia previa: lo mejor es mostrarse tal cual eres.

  • No intentes averiguar lo que quiere el seleccionador, porque difícilmente lo adivinarás. Con frecuencia, las dinámicas de grupo se usan para detectar personas con capacidad de liderazgo, pero también pueden aplicarse, por ejemplo, en la búsqueda de creativos o de profesionales con una clara orientación al cliente.
  • espontáneo. Siéntete a gusto y disfruta del juego en la medida de lo posible. Si intentas convertirte en el líder del grupo sin tener cualidades para ello, es probable que acabes dando una imagen negativa.
  • Por supuesto, hay que participar y hablar. Pero esto no significa dar la nota ni tomar la iniciativa necesariamente. Si sientes que «tienes» que romper el hielo y conducir la conversación, adelante. Si prefieres reflexionar y mantenerte a la expectativa, hazlo. La clave está en ser uno mismo.
  • Mantén en todo momento una actitud de respeto hacia los demás. Escúchales e invítales a participar. Pero no temas discrepar de otras opiniones: si sabes lo que dices (y la seguridad en uno mismo es un rasgo muy apreciado), defiende tus razones educadamente e intenta buscar un consenso. La confrontación abierta no es buena, pero tampoco suma puntos quien evita el conflicto con el grupo a toda costa.
  • ¿Crees que alguna de tus intervenciones ha sido bastante mala? No te preocupes; no se valora un detalle concreto, sino la actitud del candidato a lo largo de toda la dinámica.
  • ¿Y si algo de lo que dices provoca una expresión de disgusto en la persona que dirige la dinámica de grupo? Tampoco hay razones para sufrir. Algunos dinamizadores fingen que no les gusta lo que dicen los candidatos para ver cómo reaccionan.

En realidad, la dinámica de grupo no es exactamente una prueba que superar, sino una manera más de evaluar la personalidad y las capacidades de alguien. No se trata de ganar un empleo como si fuera la lotería, sino de encontrar aquel puesto de trabajo que encaja con tu manera de ser.

Si eres la persona adecuada, seguro que lo harás muy bien.

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