¿No te cunde la jornada laboral? ¿Crees que cuanto más tiempo trabajas más productivo eres? ¿O eres de los que piensan en salir cuanto antes de su lugar de trabajo? Sea cual sea tu opinión, lo cierto es que no te vendría mal tener en cuenta los consejos que la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) recoge en su ‘Decálogo de pautas’, un manual que, como señala el presidente del organismo, Ignacio Buqueras y Bach, «quiere ofrecer ideas para una mejor conciliación entre la vida personal, familiar y profesional».

Porque, en su opinión, existen unos vicios adquiridos entre los trabajadores que «van totalmente en contra de la conciliación, la igualdad, la productividad y la racionalización de los horarios». Y, precisamente, el objetivo de este manual es ése: romper con esos hábitos para igualar España con Europa.

Y es que si un factor ayuda a facilitar la conciliación, a alcanzar la igualdad y a aumentar la productividad es la racionalización del horario de trabajo. Por eso, lo primero que aconseja la ARHOE es guiarse por una planificación, algo que se puede conseguir con una tarea tan sencilla como escribir una lista con las actividades pendientes. En este sentido, el organismo también propone organizar las reuniones para que, así, no se extiendan más de lo debido. Lo mejor, en este caso, es fijar una hora de inicio y de finalización, así como comunicar a los asistentes un listado con los puntos que hay que tratar.

Y si esas reuniones tienen lugar en comidas de trabajo, es conveniente sustituirlas por desayunos de trabajo, ya que son más efectivos para tomar decisiones. Eso sí, lo mejor es convocar las reuniones sólo cuando sea necesario, ya que hay sistemas más rápidos (como las llamadas telefónicas) que pueden ser igual de eficaces.

La ARHOE aconseja, además, separar la vida personal de la laboral. Y para conseguirlo, nada mejor que seguir la regla de los tres ochos; es decir, dedicar ocho horas al trabajo, otras tantas al descanso y ocho más al tiempo libre.

También subraya ser respetuoso, y no sólo con el tiempo del propio trabajador, sino también con el de los demás empleados. Y mucho que ver con ese respeto tiene el hecho de ser puntual, ya que es una manifestación de consideración hacia el tiempo de los demás.

Cambia el chip

El Decálogo de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles hace hincapié en eliminar el pensamiento común (erróneo, por otra parte) de que trabajar más es ser más productivo; es decir, acabar con el ‘presentismo’, ya que las empresas valoran cada vez más a sus trabajadores por sus resultados y no por el tiempo que permanecen en el puesto.

En la misma línea, aconseja priorizar las tareas y organizar la jornada de trabajo en función del orden establecido, y aprender a decir ‘no’, ya que así se evita asumir actividades que no corresponden al empleado.

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