No hay duda de que uno de los factores que más influyen a la hora de encontrarse a gusto en un puesto es el jefe, una figura con la que, se quiera o no, hay que trabajar todos los días. Y, por eso, cuanto mejor sea la relación con él, o con ella, más llevadera será la jornada laboral.

Se trata de una figura sobre la que, además, existen muchos prejuicios, sobre todo en lo que tiene que ver con el sexo. Porque, por lo general, se asocian ciertas formas de ser y caracteres al hecho de ser hombre y mujer, y en los puestos de mando también. No obstante, a la mayoría de los españoles eso le da igual, y no se decanta por ningún sexo a la hora de elegir a su jefe.

Esto es lo que se desprende de la última encuesta de Alta Gestión, que revela que, en concreto, el 68 por ciento de los trabajadores se muestra indiferente ante la idea de tener un jefe o una jefa. Eso sí, a pesar de esa neutralidad, los hombres prefieren un jefe en un 25 por ciento, mientras que las mujeres se decantan por una persona de su mismo sexo en un nivel más bajo, un 16 por ciento. En este caso, la edad también resulta un factor determinante, pues a medida que ésta aumenta, es también mayor el porcentaje de personas que prefiere que su superior sea varón.

En términos generales, son pocos, sin embargo, los que lo tienen claro: sólo el 18 por ciento prefiere la primera opción y únicamente un 14 por ciento se inclina por la segunda.

Más allá de los tópicos

Ahora bien, con independencia del género, ¿qué es lo que más valoran de su jefe los trabajadores españoles? Ésta es la pregunta que también se ha planteado Alta Gestión y, después de trasladarla a su encuesta, deja resultados claros: potenciar el trabajo en equipo (señalada por un 29 por ciento de los encuestados) y hacer gala de una comunicación fluida con sus empleados (25 por ciento) son las aptitudes más valoradas en un superior. Llama la atención que también en este caso coinciden hombres y mujeres.

Otras cualidades señaladas son poseer buenos conocimientos, disponer de capacidad para delegar y de liderazgo e, incluso, tener buen sentido del humor. Sin embargo, una aptitud en un principio importante como es la experiencia apenas se tiene en cuenta: tan sólo hace referencia a ella el seis por ciento de los encuestados.

Cuando el cargo se sube a la cabeza

La encuesta que Alta Gestión ha elaborado para determinar las preferencias de los trabajadores respecto a sus superiores deja un hueco a lo que menos gusta de éstos. Y la falta de respeto es, en este caso, el defecto más señalado.

En concreto, un 48 por ciento de los trabajadores hace referencia a él. Otros aspectos que también han salido a la luz en más de un ocasión han sido el abuso de autoridad (el 22 por ciento de los consultados lo ha señalado), la prepotencia (16 por ciento) y la falta de comunicación (diez).

En una cantidad mucho menor (un cuatro por ciento), los trabajadores rechazan de su jefe la falta de comunicación y que no sepa delegar.

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