No cabe duda que una situación de crisis como la que atraviesa nuestra economía cambia la filosofía con que cada ciudadano se enfrenta a su vida laboral. Un reciente estudio de la empresa holandesa de recursos humanos Randstad revela que factores como la formación o la evolución profesional han pasado a un segundo plano en favor de una actitud mucho más conservadora. Así, siete de cada diez trabajadores consideran que tener un sueldo competitivo es el aspecto laboral más importante.

Cuando el estudio trata de desentrañar las distintas variables que pueden retener a un empleado en su puesto, concluye que lo más importante para los trabajadores es tener un sueldo competitivo, concretamente así lo afirma un 72 por ciento de los encuestados, mientras que otras variables pierden importancia.

Una de las cuestiones que con más evidencia constata este cambio de tendencia es el hecho de que dos de cada tres trabajadores estima que desempeñar un empleo que les satisfaga es importante, pero este indicador disminuye cuatro puntos respecto a la opinión de hace dos años.

También se ha producido un notable descenso a la hora de valorar aspectos como la importancia que tienen los compañeros, realizar un trabajo desafiante o trabajar en una compañía con una ética similar a la del trabajador.

La estabilidad laboral se perfila como otro de los factores más valorados. Los profesionales encuestados creen que no es un buen momento para cambiar de trabajo. Así, el 60 por ciento de los trabajadores y de los jefes tiene previsto quedarse en su actual empleo.

En cuanto a la satisfacción de los empleados, en los últimos dos años, ha aumentado respecto al número de horas trabajadas, dado que el 50 por ciento está contento, un 12 por ciento más que en 2006. El 40 por ciento está satisfecho también con la oportunidad de aprender algo nuevo (un 13 por ciento más que hace un año), el 38 por ciento está contento con la cantidad de trabajo que puede manejar (ocho) y el 29 por ciento está conforme con el nivel de compensación que recibe por su trabajo (ocho).

Sin embargo, la satisfacción sigue siendo mucho más alta entre los jefes que entre los empleados, entre ocho y 15 puntos de diferencia según las cuestiones. También es reseñable el dato de que el 30 por ciento de los trabajadores pensaba que motivar y retener a la plantilla era lo más importante. Hoy esa cifra desciende hasta el 22 por ciento y en la primera posición de los retos del entorno laboral se sitúa contratar a los empleados adecuados.

A la mayoría no le gusta el ‘cotilleo’

La empresa de soluciones de trabajo Randstad se ha propuesto trazar un ‘ranking’ de lo que más molesta a los españoles en su puesto de trabajo. Los resultados son: a un 60 por ciento de los entrevistados les molestan los cotilleos en su ambiente de trabajo, hasta un 54 por ciento no soporta las decisiones que hacen perder el tiempo, mientras que el desorden es lo que más molesta a un 45 por ciento de los encuestados.

La indagación también desvela que otros aspectos que crean molestiases la falta de higiene de sus compañeros (para un 42 por ciento de los empleados), los ruidos o sonidos molestos (41) o la utilización del teléfono móvil durante una reunión (28).

«Aunque se mantiene la tendencia por la cual los altos ejecutivos son los que imponen las normas de actuación en función de cada cultura empresarial, los empleados juegan un papel cada vez más importante en el establecimiento y mantenimiento de comportamientos deseables», según explican técnicos de la firma Randstad. «Para conseguir esto, la comunicación y la franqueza son factores que deben considerarse claves para alcanzar un ambiente de trabajo positivo», aconsejan.

Diferencias generacionales

La edad sigue siendo un factor diferenciador clave. Los trabajadores de la ‘Generación Y’ (nacidos entre la década de los 80 y el año 2000) están creciendo, convirtiéndose en más pragmáticos y sus expectativas están evolucionando. Los trabajadores de la ‘Generación X’ (nacidos entre 1961 y 1980) invierten más en mantener su situación profesional que en cambiarla. Por su parte, los ‘babyboomers’ (los nacidos entre 1945 y 1960) se sienten los portadores de la cultura corporativa, legal e histórica. «Ellos demandan el reconocimiento de su contribución al trabajo, pero sienten la presión de la desaceleración económica, que puede destruir sus planes de jubilación», aseguran desde Randstad.

No es tan importante

Los aspectos menos intangibles del puesto de trabajo han descendido en la valoración general dada por los empleados. Por ejemplo, sentirse valorado, sentirse reconocido y trabajar en un ambiente de apoyo continúan en el top de los elementos que hacen feliz a un trabajador, pero pierden diez puntos de importancia respecto a la última edición del informe.

«Esto sugiere que el funcionamiento de la situación económica empaña el buen funcionamiento del entorno de trabajo actual», según concluye el estudio de la consultora.

Nueve de cada diez trabajadores pide una mejor política de conciliación

Aseguran que les ayudaría a estrechar vínculos con su empresa y piensan que en los últimos años no se ha mejorado en este aspecto.

Un sondeo realizado por la compañía WebEx entre 2.000 personas ha constatado que tres de cada cinco españoles siente que en los últimos años no se han mejorado las condiciones laborales referentes a la conciliación laboral y familiar, a pesar de que el 91 por ciento  afirma que se sentiría más unido a su empresa si ésta tuviera una política de conciliación más fuerte. Más de un tercio de los encuestados señala que las empresas en las que trabajan no ofrecen ninguna medida de conciliación.

En cuanto a la flexibilidad laboral, las conclusiones son que sólo un 23 por ciento de las compañías ofrece reducción a media jornada, disminución de ocho a seis horas (21 por ciento) u horario variable (17 por ciento).

El porcentaje es mucho menor en lo referente a las guarderías en el centro de trabajo (dos) o al teletrabajo (tres). Sin embargo, el 51 por ciento considera que el trabajo desde casa facilita las obligaciones familiares y permite, para el 49 por ciento restante, tener un horario más flexible.

En contraste con lo que sucede en la realidad, a los españoles les gustaría que las empresas adoptasen un servicio de guardería (27 por ciento), una política de horario flexible (23), y la posibilidad de trabajar desde casa (21).

La reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas así como la reducción de la jornada completa a media es también una de las medidas más deseadas para el 11 y el diez por ciento de los españoles, respectivamente.

Escépticos ante las medidas del gobierno

A la hora de valorar las medidas adoptadas por el gobierno socialista en la última legislatura para hacer frente a los problemas a la hora de conciliar la vida familiar y laboral, el 95 por ciento de los españoles cree que la ampliación del permiso de paternidad hasta 15 días no facilita la conciliación.

Así, entre los padres encuestados, el ocho por ciento ha disfrutado únicamente de una semana de permiso, otro 21 no ha podido completar los 15 días de permiso por motivos económicos y, finalmente, el 11 por ciento restante no ha disfrutado plenamente los días de permiso de baja por paternidad por «no perder el contacto con el trabajo».

2.500 euros no es la solución

Por otro lado, un 90 por ciento de los españoles considera que la aportación de 2.500 euros a familias con nuevos hijos por parte del Gobierno es «tan sólo una iniciativa» y no «una solución», dado que esta ayuda económica sólo cubre los gastos de los primeros meses de vida del niño.

Además, un 89 por ciento de los españoles cree que la universalización de la educación de cero a tres años por parte del Gobierno es una medida insuficiente, y el 26 por ciento considera que sería conveniente establecer la educación gratuita hasta los seis años para ayudar a las familias con la formación de sus hijos.

Otras de las propuestas de los españoles es la ampliación del permiso de paternidad a un mes (23 por ciento) y el aumento de las ayudas económicas a las familias con hijos menores de ocho años (28). Finalmente, un 22 por ciento propone asignar una subvención hacia las empresas que impulsan el trabajo desde casa.

Asimismo, el 95 por ciento de los españoles considera que el Estado debería subvencionar el servicio de guardería en un centro concertado o privado, en caso de que no exista la posibilidad de entrar en uno público.

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