¿Cuándo tienes previsto jubilarte? Si eres de los que espera retirarse a los 60 años, formas parte de la media española. Al menos, de la que habla La Caixa en su estudio La generación de la transición: entre el trabajo y la jubilación, donde revela que, incluso, los hay que esperan retirarse antes de los 60, y no son pocos. En concreto, así opina el 24 por ciento de los encuestados por la entidad bancaria.

No obstante, y a pesar de que el pensamiento común es que los proyectos de jubilación temprana no se cumplan, a casi la mitad de los preguntados (el 48 por ciento) le gustaría retirarse entre los 60 y los 64 años, mientras que sólo un 25 por ciento tiene previsto hacerlo después de los 64 y un cinco pasados los 65 años.

Estas diferencias de edad pueden venir determinadas, según La Caixa, por la categoría del trabajador, siendo la jubilación más prematura cuando el puesto cubierto es más «manual» y no «de cuello blanco». Y es que los empleos del primer tipo, además de conllevar más esfuerzo físico, vienen asociados a una inserción laboral temprana, mientras que los de la segunda modalidad están relacionados con estudios universitarios y, por tanto, con una inserción más tardía.

También puede influir el volumen de ingresos actual y el futuro, de modo que lo más normal es que los que en estos momentos cuenten con un sueldo alto retrasen su edad de jubilación, pues verán reducidos de forma considerable sus ingresos.

Pero La Caixa hace referencia, además, a factores morales. Es decir, existen ámbitos en los que no estaría bien visto jubilarse antes de los 60 y otros en los que sería «una tontería» retirarse después de cuando corresponde al trabajador por derecho.

Las razones

Con independencia de la edad, la entidad bancaria ha hecho un análisis de las razones que llevan a los encuestados a jubilarse. La más frecuente es, sin duda, el descanso, alegada por un tercio de los entrevistados. Relacionadas con este aspecto están otras razones, como las que tienen que ver con que el trabajo se hace demasiado pesado, que «el cuerpo no aguanta» o haber trabajado ya lo suficiente.

Son menos los que quieren jubilarse para disfrutar de la vida. En concreto, es lo que espera hacer el 18 por ciento de los encuestados, aunque a este grupo se pueden unir otros que alegan razones relacionadas. Es el caso de los que esperan retirarse para tener más tiempo libre, viajar, disfrutar de la familia o hacer deporte.

Pero también hay quien alega razones externas a la hora de pensar en su retirada, aunque menos. Así, un nueve por ciento prefiere esperar a la edad obligatoria, un tres hace referencia a una política de empresa que favorezca la jubilación y tan sólo un 0,2 por ciento piensa en la posibilidad de una crisis en la empresa para la que trabaja.

Por sexos, entre las mujeres son más frecuentes las que tienen que ver con la salud y la familia, mientras que entre los varones destacan las relacionadas con el volumen de trabajo.

Una vez retirados…

Ahora bien, jubilación no es dejar de trabajar al cien por cien. Y es que, si bien la mayoría de los retirados encuestados tiene una jubilación plena, un pequeño porcentaje la tiene parcial.

Además, de los del primer grupo, el 73 por ciento recibe una pensión de jubilación y el 23 cuenta con una por incapacidad permanente. En este último caso, llama la atención que el porcentaje de los que la reciben aumenta a medida que disminuye la edad, de modo que mientras que el 76 por ciento tiene entre 50 y 54 años, sólo el 37 por ciento tiene entre 55 y 59 años.

Adaptarse a una nueva situación

¿Estamos preparados para la jubilación? Pasar de la actividad a la inactividad supone un gran salto que no siempre resulta fácil dar y que La Caixa analiza también en su informe La generación de la transición: entre el trabajo y la jubilación.

Una fórmula para que el cambio de situación no sea duro puede ser la reducción de la jornada laboral. De hecho, en los últimos cinco años ya lo ha hecho el 15 por ciento de los trabajadores, aunque con matices: de ellos, sólo el siete por ciento la ha reducido voluntariamente, mientras que el resto lo ha hecho por necesidad de la empresa.

Eso sí, del estudio se desprende que hay «cierta predisposición» a reducir la jornada en un futuro. Un 20 por ciento de los trabajadores prevé hacerlo antes de jubilarse, aunque más de la mitad de los que ya han reducido su jornada espera seguir haciéndolo los próximos años.

¿Y por qué no ser voluntario?

Ayudar a los demás puede convertirse en una actividad más allá de la jubilación.

Según miembros de SECOT, hay más beneficios que desventajas.

Descansar, dedicarse a aficiones o pasar más tiempo con la familia son algunas de las opciones preferidas de los trabajadores cuando se les pregunta qué harán cuando se jubilen. Pero existen otras alternativas, como la de voluntariado empresarial, una actividad de la que están satisfechos aquéllos que se dedican a hacerlo.

De hecho, según un estudio elaborado por profesores de la Universidad de Barcelona y en el que han participado miembros de la Asociación Seniors Españoles para la Cooperación Técnica (SECOT), el 44 por ciento de las personas que participan en este tipo de actividades está satisfecho con ella, cifra que se eleva al 54,4 por ciento para los que están muy satisfechos.

Además, las personas que han participado en la encuesta, la mayoría varones jubilados y casados y con una media de 68 años, consideran que en las labores de voluntariado hay más beneficios que desventajas. Entre los primeros destacan el sentimiento de utilidad y de actividad, la satisfacción por ayudar a los demás y la posibilidad de crear una red social. Como factores negativos destacan, sin embargo, la poca flexibilidad de los horarios.

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