Las mujeres terminan sus estudios en menos tiempo y obtienen mejores notas, pero parece que de poco sirve a la hora de estabilizarse en el mercado laboral. Y es que el número de trabajadoras con contratos temporales o por obra y servicio es mucho mayor que el de hombres, de ahí que aquéllas se muestren poco satisfechas en este sentido.

Así lo pone de manifiesto un estudio realizado por la Universidad de Granada (UGR), que también revela que son sobre todo las mujeres las que eligen sus estudios por vocación. Tal vez por eso son las féminas las que ofrecen más probabilidades de repetir la misma carrera que han estudiado.

Y, puestos a pedir, también son las mujeres las que más echan en falta una preparación adecuada para poder incorporarse sin problemas al mercado de trabajo, así como también una oferta de trabajo en prácticas y un enfoque práctico de los estudios.

La familia, un freno

A todos estos factores hay que sumar uno más: la familia, la gota que colma el vaso de la desigualdad laboral. Según un estudio realizado por la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat), las responsabilidades familiares impiden que el 10,2 por ciento de las mujeres de la UE de entre 25 y 54 años pueda acceder al mercado laboral.

En España, los datos son más alarmantes, pues esa cifra se eleva al 18,2 por ciento. Nuestro país se sitúa sólo por detrás de Malta (45,9 por ciento), Irlanda (23,1) y Grecia (18,8).

Una situación muy diferente es la que se vive en Reino Unido, donde ni siquiera dos mujeres (1,9) de cada cien renuncian a trabajar fuera de casa por sus cargas familiares. Algo parecido es lo que pasa en Suecia (2,1 por ciento), Dinamarca (2,3), Eslovenia (3,9) y Francia (4,9).

Los datos de Eurostat ponen también de manifiesto que, en términos generales, las tasas de inactividad de mujeres entre 15 y 24 años llegan en Europa al 59,4 por ciento, sólo siete puntos por encima de las masculinas en el mismo tramo de edad (52,5). Si nos centramos en España, la cifra se sitúa en este caso por debajo de la media comunitaria y registra el 55,9 por ciento en el caso de las mujeres.

Cuando se trata de féminas de entre 55 y 64 años, el nivel de inactividad se eleva al 62,9 por ciento, mientras que en el caso de los hombres apenas supera el 43 por ciento. En esta ocasión, España vuelve a superar la media y alcanza el 69,6 por ciento.

Más formadas

El estudio realizado por la Universidad de Granada revela que las mujeres son las más propensas a realizar estudios complementarios y de postgrado. En este caso, los estudiantes más proclives a hacerlos son los de Ciencias de la Salud y Experimentales, sobre todo los de carreras de Enfermería, Fisioterapia, Ciencias Ambientales y Psicología.

La relación de los estudios realizados con el primer empleo es «de moderada a alta o muy alta». Pero lo es para el 68 por ciento de los estudiantes, sobre todo los de Ciencias de la Salud y Técnicas. Para la mayoría (60 por ciento) la duración del contrato es de seis meses o más, aunque esto se da sobre todo entre hombres. Las cifras bajan considerablemente en el caso de la contratación femenina.

En términos generales, el 50 por ciento de los titulados lleva más de un año en su trabajo actual. En este caso, el contrato más frecuente es el indefinido (30 por ciento), seguido del laboral temporal (18,7), por obra y servicio (13,4) y el de funcionario (11).

La Comunidad de Madrid, la excepción que confirma la regla

Dos de cada tres mujeres madrileñas trabajan fuera de casa y constituyen ya el 62,41 por ciento de las personas con empleo de la región.

Dos de cada tres mujeres de la Comunidad de Madrid (es decir, cerca de 1.400.000) trabaja fuera de casa. Éste es uno de los datos ofrecidos por la consejera de Empleo y Mujer, Paloma Andrados, durante la celebración del XXI aniversario de la Asociación de Familias y Mujeres del Mundo Rural (AFAMMER). Se trata de una cifra que pone de manifiesto la evolución que ha experimentado la situación laboral de las mujeres en la región, pues «en el año 1995 solamente trabajaba una de cada tres mujeres en nuestra comunidad», indicó Andrados.

Es más, el 62,41 por ciento de las personas que forman parte del mercado de trabajo de la Comunidad de Madrid es mujer. Sin embargo, y a pesar de que estas cifras reflejan una mejora considerable, ha llegado la hora de apostar por mejorar la situación de las mujeres en el trabajo. Al menos es lo que defiende la consejera de Empleo y Mujer, que aprovechó la cita para subrayar la importancia de trabajar a medio plazo en los aspectos cualitativos de la situación de la mujer trabajadora.

La mujer rural

Durante el acto, la presidenta de AFAMMER, Carmen Quintanilla,hizo referencia a la situación de la mujer rural en España y subrayó la importancia del «cambio de concepto del mundo rural para que éste no se quede despoblado».

Con ese objetivo, esta asociación ha realizado durante sus 25 años de vida actuaciones dirigidas a fomentar el empleo y la toma de decisiones entre estas trabajadoras. Asimismo, AFAMMER también apuesta por la formación de mujeres, el reclamo de servicios en educación e infraestructuras y la lucha contra la violencia de género.

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