La temporalidad se ha convertido en un rasgo ya habitual de los jóvenes trabajadores, y muestra de ello es que sólo el 47 por ciento de los menores de 35 años ocupados tiene un contrato indefinido.

Un rasgo que, además, no entiende de sexos, pues es una característica común tanto en hombres como en mujeres. Unos y otros, además, desconocen en muchos casos (un 8,2 por ciento) la naturaleza concreta del documento.

Aquí van unas pistas: el contrato temporal más frecuente es el de obra o servicio (17,1 por ciento), seguido por el de circunstancias de la producción (10,1). Éstos son sólo algunos de los datos que el Observatorio Joven de Empleo (OBJOVEM), dependiente del Consejo de la Juventud de España (CJE), arroja en el informe sobre el tercer trimestre de 2007.

Pero hay más: esta temporalidad es más habitual entre trabajadores extranjeros (48,9 por ciento) que españoles (38,1 por ciento) y en jóvenes menores que mayores, si bien aún el 44 por ciento de los que tienen entre 25 y 29 años tiene un contrato temporal.

El CJE llama la atención sobre la temporalidad registrada en el ámbito del empleo público, donde alcanza niveles que llegan al 56,2 por ciento en el caso de los hombres. Para las mujeres, esta cifra asciende incluso al 72,1 por ciento.

En cuanto al nivel educativo, la temporalidad es menor en el caso de los titulados universitarios y en Formación Profesional de grado medio o superior. Por comunidades autónomas, destacan Aragón, Cataluña, Madrid y La Rioja, donde más de la mitad de los jóvenes ocupados tiene un contrato indefinido.

Otros datos

El Consejo de la Juventud de España aporta también información sobre otras circunstancias relacionadas con la ocupación juvenil, como que el acceso al mercado laboral es más complicado en el caso de las mujeres. Y muestra de ello es que la tasa de paro de éstas es del 15,3 por ciento, mientras que la de los hombres es del 11 por ciento.

No obstante, esta diferencia disminuye a medida que aumenta la edad. También hay desigualdades en el caso de la nacionalidad, ya que la inserción de los jóvenes extranjeros es menor que la de los nacionales (la diferencia entre una tasa y otra es de apenas 2,5 puntos), y en cuanto a la formación, siendo el paro menos frecuente entre los titulados universitarios y los que han cursado estudios de FP de grado superior.

El sector servicios es el que más emplea a jóvenes, con una media del 64,8 por ciento. Ahora bien, en este ámbito trabajan más mujeres jóvenes (5,8 por ciento) que hombres (48,4), situación que se invierte en el caso de la construcción, donde predominan estos últimos. De la misma forma, también predomina la contratación de jóvenes procedentes de la Unión Europea que de fuera en el ámbito de los servicios, mientras que en el de la construcción es a la inversa.

El informe del CJE también pone de manifiesto que la jornada parcial es habitual entre los jóvenes ocupados, siendo más característico de las mujeres que de los hombres. Además, un 7,1 por ciento trabaja fuera de su horario, aunque esta cifra alcanza el 8,87 en el caso de los que hacen horas extraordinarias sin remunerar.

La dificultad de ejercer de lo que se ha estudiado

La Secretaría de Juventud de UGT Madrid también ha publicado datos relativos a la ocupación de este colectivo en la región. En concreto, ha puesto de manifiesto que sólo tres de cada diez jóvenes desarrolla la profesión para la que han estudiado, circunstancia habitual sobre todo entre los que se han preparado a través de la Formación Profesional. Éstos son, además, los que más dificultades tienen para encontrar un puesto de trabajo en su sector.

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