Más de un millón de contratos temporales convertidos en indefinidos. Éste ha sido uno de los principales efectos de la reforma laboral durante su primer año de vigor, según un estudio elaborado por la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett) en colaboración con el Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid (Ceprede). Y es que, en concreto, han sido 1.149.485 los contratos temporales que a lo largo de 2006 se han transformado en indefinidos. Una tendencia que, por otra parte, se ha ido moderando en 2007, de modo que si en diciembre del año pasado hubo 157.637 conversiones, en junio del presente esta cifra desciende a las 70.155.

En términos generales, la mayoría de las conversiones (el 67,4 por ciento) ha estado protagonizada por contratos eventuales por circunstancias de la producción, seguidos por los de obra y servicio determinado, que suponen el 25,8 por ciento del total de contratos convertidos a indefinidos. El resto de contratos temporales apenas ha sufrido modificaciones, excepto en el caso de los contratos en prácticas, que han supuesto el tres por ciento de las conversiones.

Aun así, la tendencia continúa inclinándose por la contratación temporal. En 2006, se firmaron 16.361.324 contratos temporales, frente a los 1.015.963 indefinidos, aunque de la primera cifra habría que restar el millón que se ha convertido a indefinido, cifra superior a los 700.083 contratos temporales que se transformaron en indefinidos en 2005.

Tendencia masculina

En este sentido, la Agett sostiene que «la estructura de la modalidad de la contratación no varía según el sexo, de modo que no hay un tipo de contrato que favorezca la conversión en fijo para un sexo frente a otro». Aun así, la mayoría (el 57,5 por ciento) de los contratos temporales convertidos a indefinidos en 2006 correspondieron a hombres, frente al 42,5 por ciento de las conversiones contractuales protagonizadas por mujeres.

La conversión ha sido también un fenómeno juvenil, pues el 44,3 por ciento de los contratos temporales transformados en indefinidos correspondieron a trabajadores de entre 20 y 30 años. Por el contrario, los mayores de 59 años han registrados la cifra más baja, con sólo el 0,63 por ciento de las conversiones.

Buenas perspectivas para los trabajadores con estudios secundarios

La formación es otro de los factores que ha influido en la conversión de contratos temporales a indefinidos, sobre todo en el caso de los trabajadores con estudios secundarios.

Éstos constituyen, según el informe de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett), el grupo que más conversiones ha protagonizado (el 65 por ciento), sobre todo cuando el empleado ha realizado Bachillerato o estudios similares.

Por ello, el trabajador con estudios secundarios es «el que claramente tiene más opciones de permanecer en su empresa una vez acabado su contrato temporal», concluye la Agett.

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