Es la bienvenida a tu currículo. Así se podría definir a la carta de presentación, una breve misiva que acompaña a tu ficha personal y que puede facilitar el trabajo al seleccionador. Y es que en poco espacio hay que hacerle ver que reúnes los requisitos necesarios para ocupar el puesto vacante. Y para ello, debes incluir tus puntos fuertes. Eso sí, de forma resumida.

La carta de presentación debe ser concisa y clara, pues, como señala la Fundación Universidad-Empresa (FUE) en su ‘Guía de las Empresas que ofrecen empleo 2006-2007’, «no se trata de escribir otro currículo». Por eso, es recomendable que no supere una página, incluyendo en ella lo esencial.

Pero, ¿qué podemos considerar imprescindible en una carta de presentación? Además de incluir tus datos personales (nombre, apellidos, dirección postal, electrónica y teléfonos), y tus cualidades resumidas (formación, cualificación, experiencia, etc.), has de dirigirla a la persona que tiene poder de contratación, fecharla y firmarla.

Asimismo, y contribuyendo a aumentar la claridad, es conveniente que se separen con un espacio los párrafos del texto, pues así se consigue un aspecto airoso y, de paso, se facilita la lectura. En este sentido, la carta debe responder a una estructura concreta, de modo que el primer párrafo tendrá que dedicarse a concentrar la información que más llame la atención del candidato (resalta tus cualidades) y a resumir las necesidades del destinatario.

El segundo párrafo deberá definir cómo el candidato puede responder a esas necesidades, para pasar en el tercero a exponer las razones que otorguen credibilidad a lo que se dice. El último párrafo se reservará para invitar al destinatario a ponerse en contacto con el candidato con frases como ‘Espero poder conocerles personalmente a través de una entrevista’ o ‘Quedo a su disposición’.

Además, la carta debe ser única. Es decir, debe ir acompañando al currículo y nada más. Olvídate de adjuntar los títulos y cartas de presentación si no te los piden. Si fuera así, inclúyelos siempre teniendo en cuenta las necesidades del destinatario e «indícalo varias líneas debajo de la firma, en el lado izquierdo de la carta», subraya la FUE.

Con estilo

Pero de nada sirve acertar en contenido si no se hace de la manera correcta. Y es que, incluso en la carta de presentación, es conveniente hacerlo con estilo. Según dice la FUE, hay que evitar siglas y abreviaturas, el uso del «yo», la voz pasiva, las adulaciones y, obviamente, las faltas de ortografía.

Una carta de presentación se caracteriza por…

  • La buena presentación. La carta debe estar escrita en el mismo estilo de letra, con el mismo interlineado y tabulación y en el mismo tipo de papel que lo está el currículo que va a acompañar. Todo ello contribuye a crear una sensación de limpieza y claridad que es muy bien recibida por el seleccionador.
  • Si se solicita que la carta se haga por escrito, la limpieza debe ser cuidada al máximo.
  • La claridad. La limpieza viene asociada también a una estructura sencilla y coherente.
  • La brevedad. Demuestra tu capacidad de síntesis, siempre será bien valorada por el seleccionador.

La redacción a mano: otra forma de darse a conocer

Algunas empresas solicitan que la carta de presentación sea manuscrita para someterla a pruebas grafológicas.

Si estás interesado en presentar tu candidatura para cubrir un puesto de trabajo determinado, en el que se solicita que la carta de presentación sea manuscrita, no te asustes. Lo más probable es que vayan a echar mano de la grafología en el proceso de selección.

Se trata de una técnica que descifra la forma de ser de una persona a partir del análisis de su escritura y que puede ser utilizada tanto en la primera criba de candidatos como en la selección final o, si es preciso, en todo el proceso.

La forma de la letra, su tamaño, la presión al escribir, los espacios en blanco o la dirección de las palabras son algunos de los aspectos que se analizan, que sirven para determinar aptitudes como el sentido de la responsabilidad o la capacidad de concentración.

Así, una escritura agrupada, con inclinación vertical y dimensiones proporcionadas revelan, por ejemplo, a un candidato con capacidad de trabajo en equipo.

Algunos consejos

A pesar de que es algo personal, existen unas pautas para causar la mejor impresión. Reserva un momento tranquilo para redactar la carta y bolígrafo con el que estés a gusto, ya que así obtendrás una escritura espontánea que siempre será bien valorada. Es conveniente, además, no usar plantillas que faciliten la horizontalidad de las líneas.

Sácate provecho

La carta de promoción permite acceder a una entrevista de trabajo sin pasar por el departamento de Recursos Humanos.

¿Has intentado alguna vez probar suerte y enviar tu candidatura al máximo responsable de una empresa? Para eso está la carta de promoción, una fórmula poco conocida en España que está orientada a conseguir una entrevista de trabajo sin pasar por el departamento de Recursos Humanos y acceder, de este modo, al mercado laboral oculto «con igual o mayor impacto que a través de la red de contactos», subraya la Fundación Universidad-Empresa. Por eso, el destinatario de la carta debe ser una persona con poder en la empresa elegida (director general, jefe de dirección…).

Se trata, en definitiva, de hacer autopromoción de manera objetiva, resumiendo las aptitudes más importantes para el desempeño de actividades en un área especializada. Eso sí, ten en cuenta que no es un currículo, aunque la redacción, el estilo y la presentación es similar a la de una carta de presentación convencional. Es decir, debe caracterizarse por su brevedad, su claridad y su calidad.

Véndete

Es esencial hacer un recorrido por todo tu historial formativo y profesional para poder elaborar una carta de promoción correcta. Ello te permitirá conocer mejor tus aptitudes y, como consecuencia, te facilitará la tarea de resumirlas.

Sólo así podrás ‘venderte’ de la manera correcta, dejando claro por qué puede necesitarte la empresa y qué puedes ofrecer tú para su desarrollo. Asimismo, no olvides especificar el puesto para el que ofreces tu candidatura, describiendo las habilidades, competencias y experiencias que te hacen el perfecto candidato para cubrirlo. No obstante, debes hacer evidente que si no encajas con un puesto concreto, estás dispuesto a negociar otras posibilidades dentro de la empresa.

El salario es uno de los temas tabú, al igual que perderte en datos sobre tu vida privada y aficiones. Tampoco es conveniente incluir referencias y hacer un recorrido cronológico de tu trayectoria profesional, por lo que puedes evitar la referencia a fechas.

¿Se acuerda de mí?

Realizada la entrevista, puede remitirse una carta de seguimiento para reforzar tu candidatura.

Otra modalidad de carta es la denominada de seguimiento o recordatorio. En este caso, el objetivo no es conseguir una entrevista, sino reforzar el interés generado a la empresa. Y es que se hace una vez que se ha tenido una entrevista con la compañía y ésta ha sido satisfactoria, de modo que con esta carta reforzarías tu posición.

Por eso, no hay que hacerse esperar a la hora de mandarla. El seleccionador deberá estar en posesión de ella en un plazo máximo de 48 horas a partir de la realización de la entrevista, pues es probable que con el paso del tiempo se pierda el interés que en un principio el candidato despertó.

No obstante, la carta de seguimiento también puede remitirse en caso de no haber causado una impresión de lo más positiva y se generará entre los seleccionadores cierta indecisión. En esta ocasión, serviría para cambiar esa opinión no tan positiva a partir de argumentos que permitan, si se puede, concertar otra entrevista.

Esta modalidad de carta te permite perseverar y demostrar de nuevo a la empresa por qué es el indicado para cubrir el puesto determinado. Por eso, antes de redactarla, debes pararte a pensar qué comentarios se hicieron en la entrevista y qué aspectos de tu vida académica y profesional llamaron más la atención del seleccionador y cuáles no. Asimismo, nunca está de más que vuelvas a repasar tus datos por si hay alguno que pueda interesar a la compañía para incorporarte.

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