¿Qué pasaría si la figura de la secretaria desapareciese del entorno profesional? Esta opción ni se la plantean en las compañías, por el mero hecho de que es algo impensable. Sin embargo, no es un perfil que esté excesivamente bien valorado en el entorno empresarial. Y así lo «denuncian» las propias secretarias. Muchas veces se sienten como las cenicientas de las compañías, pese a que la labor que desempeñan es indispensable en el día a día de la firma.

El VI Estudio sobre el secretariado en España, realizado por Secretariaplus.com muestra a estas trabajadoras satisfechas con sus puestos pero descontentas con el salario recibido, al no considerarlo acorde con sus responsabilidades. «Lo que antes llamábamos secretaria ahora se acostumbra a llamar assistant», explica Laura Moya, mánager de asistentes y secretarias de Page Personnel Barcelona. «Hay dos papeles diferentes: el de la secretaria tradicional y el de la assistant, una persona muy polivalente, que es la mano derecha o reporta directamente a un directivo, cuyo papel es facilitar la vida de éste».

De este modo, del papel desempeñado tradicionalmente hemos pasado a una profesional que sabe hacer de todo. Tienen que ser un poco «todoterreno», pero este nuevo papel es ampliamente desconocido en la sociedad, por lo que sigue considerándose un puesto menor. «A nivel social se sigue con la visión de la secretaria tradicional y no se reconoce su papel polivalente». Pero su evolución en el ámbito salarial sí que ha sido notable. «Hoy una secretaria de presidencia o de un consejero delegado se puede situar, tranquilamente y recién incorporada, en los 40.000-45.000 euros anuales, cosa que hace unos años era impensable», según sostiene Laura Moya.

Más demandas

Pero tampoco hay que echar las campanas al vuelo. El estudio de Secretariaplus.com muestra cómo el 48 por ciento de las encuestadas no considera que su trabajo esté bien remunerado quejándose, sobre todo, de que el aumento de sus responsabilidades y funciones no ha ido a la par que la remuneración económica.

«Más del 30 por ciento de las secretarias cobra más de 24.000 euros al año. Sin embargo, otro 30 por ciento tiene sueldos inaceptables de menos de 18.000 euros», según se puede leer en el documento.

Otra de las quejas de estas profesionales es el poco tiempo que tienen para dedicarlo a la familia, dadas las dificultades que encuentran a la hora de conciliar su vida personal con la profesional. Más del 42 por ciento de las consultadas trabaja más de ocho horas diarias, quejándose de la poca flexibilidad horaria. Como explica Laura Moya, «no es raro, sobre todo cuando estamos hablando de secretarias de más nivel, que tengan que trabajar 12 horas. Tienen que llegar a la oficina antes que el director y no pueden irse hasta que éste se vaya». Esta situación se da, sobre todo, a nivel de altos cargos.

Hoy en día, tanto entre las secretarias como en cualquier otro colectivo profesional, es habitual encontrar una mayor inclinación hacia la persona, es decir, no dejar que el trabajo sea lo más importante de nuestra vida, que no ocupe la mayor parte de nuestro tiempo. «Muchas secretarias de dirección o de presidencia, después de la maternidad, prefieren bajar de categoría y convertirse en secretarias de departamento o en administrativas, justamente para poder conciliar sus vidas».

Poco valoradas

El estudio de Secretariaplus fue realizado entre más de 100.000 usuarioas y contó con la participación de más de 2.000 secretarias y ayudantes de dirección. De ellas, el 25 por ciento cuenta con una titulación universitaria en su currículo.

Más de un 35 por ciento de ellas no se sienten valoradas en sus trabajos y no contemplan posibilidades de promoción. Además, más de la mitad afirma que su trabajo no está lo suficientemente reconocido y considerado por sus superiores.

Preguntadas por la opinión que tienen de sus jefes, el 42 por ciento dice no trabajar en equipo ni con él ni con el resto de sus compañeros; el 40 por ciento no lo considera justo; el 38 por ciento cree que no es participativo; y el 36 por ciento dice comunicarse poco con él.

Las cualidades que más valoran en sus superiores son la comunicación, capacidad para delegar, saber sacar lo mejor de cada persona, comprensión, organización, paciencia, capacidad de liderazgo, inteligencia, respeto, espíritu emprendedor, educación y honradez, capacidad para escuchar y gestionar equipos, y tener sentido del humor.

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