Octubre de 2010 marcará el fin de un sistema de formación superior y el comienzo de otro. Y es que a partir de esa fecha, todo aquél que comience una carrera universitaria lo hará conforme al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Pero hasta entonces, habrá que recorrer un largo camino de la mano de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), encargada de evaluar y verificar la calidad de los estudios que presenten las diferentes universidades españolas para implantar de manera definitiva cada título adaptado.

¿En qué momento de la transición nos encontramos? Tal vez en el más áspero: la ANECA ha hecho público recientemente, aunque fuera de plazo (concluyó el pasado 15 de mayo), el informe con la evaluación de los primeros planes de estudios adaptados al EEES. De los 205 propuestos por un total de 33 universidades, la Agencia Nacional de Calidad ha valorado de forma positiva al 70 por ciento. Es decir, 138 planes de estudios han pasado uno de los exámenes más importantes.

Un largo camino

Hasta llegar a este punto, los planes presentados han debido superar otras fases. Es decir, el primer paso lo han debido dar los centros universitarios, que tuvieron que presentar la propuesta de plan de estudios al Consejo de Universidades (CU). Éste ha sido el encargado de comprobar si cada plan presentado se adapta a los protocolos de verificación y el que, cuando el veredicto ha sido positivo, lo ha remitido a la ANECA para que la comisión de expertos de este organismo lo evalúe.

Los planes que el Consejo de Universidades consideró que no se ajustaban a los protocolos fueron enviados de nuevo a la universidad para que los modificaran y los volvieran a presentar. De cualquier forma, desde la Agencia subrayan que los títulos planteados por las universidades «son consecuencia de procesos rigurosos llevados a cabo por comisiones de expertos, donde prima el rigor técnico, la transparencia y la independencia de criterio». Aunque los resultados obtenidos (un 30 por ciento de las propuestas no han superado el examen de la Agencia) reflejan que esto no ha sido suficiente.

Una vez en manos de la ANECA, los planes presentados han pasado por un proceso de evaluación de tres meses hasta finalizar con el informe que acaba de hacer público. En éste, además de señalar las que reciben una valoración favorable y las que no, incluye recomendaciones, siendo las más frecuentes la definición de los objetivos de los estudios presentados y su planificación en función con el sistema de crédito europeo.

De una forma u otra, lo cierto es que el Consejo de Universidades ha dado el visto bueno a las titulaciones que recibieron el informe favorable de la ANECA. A partir de este momento, las universidades tendrán la oportunidad de presentar reclamaciones al Consejo. Si no es así, el proceso concluye, pero si se reclama, el CU enviará estas reclamaciones a la ANECA. Ésta será la encargada de revisarlas y enviar, de nuevo, un informe al Consejo de Universidades, que resolverá el informe de la revisión de las reclamaciones.

Con un pie dentro de Europa

Las propuestas de la Universidad de Alcalá, la Rey Juan Carlos, la de Salamanca y la de Lleida son algunas de las que han recibido el informe favorable de la ANECA.

Un total de 33 universidades españolas han probado suerte en su adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), pero sólo algunas pueden presumir de haber logrado un pleno; es decir, que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) haya emitido un informe favorable de todas sus propuestas.

Es el caso de las seis titulaciones presentadas por la Universidad Pompeu Fabra o de las cuatro propuestas la de Salamanca, la de Lleida, la Rey Juan Carlos o la de Alcalá. También han superado la valoración de la ANECA las titulaciones propuestas por la Universitat Oberta de Catalunya, las de la Universidad Autónoma de Barcelona y las de la Pontificia de Comillas, con tres cada una. Asimismo, el informe ha sido favorable para las propuestas presentadas por la Universitat Rovira i Virgili, por la de Gerona, la de Santiago de Compostela y la de Coruña, cada una con dos titulaciones. Las únicas propuestas de la Universidad de La Laguna, de la Politécnica de Cartagena, de Vigo y de la Internacional de Catalunya también han obtenido un informe favorable por parte de la ANECA.

Sabor de boca agridulce

Centros como la Universidad Carlos III, la Europea de Madrid o la Católica San Antonio pueden estar satisfechas. Y es que han conseguido que 20, 17 y 11 de sus propuestas, respectivamente, hayan obtenido un informe favorable de la ANECA. Sin embargo, les quedan algunas asignaturas pendientes, que en el caso de la Carlos III se traduce en una titulación desfavorable y dos pendientes de verificación, en el de la Europea de Madrid en cinco con informe desfavorable y en el de la Universidad Católica San Antonio en dos propuestas no superadas y otras dos pendientes.

En una situación similar se encuentra el resto de centros, aunque con algunas diferencias. En el caso de la Universidad Camilo José Cela, por ejemplo, son más las propuestas con informe desfavorable que las aceptadas. En concreto, de las 12 presentadas, sólo una ha recibido un informe positivo. Lo mismo le ocurre a la Antonio de Nebrija, con 12 titulaciones con informe desfavorable y siete aprobadas.

Un análisis por ramas

Las titulaciones del ámbito de las ciencias sociales y jurídicas han sido las más numerosas.

La mayoría de los planes remitidos a la ANECA (el 42 por ciento) pertenece al ámbito de las ciencias sociales y jurídicas. El resto, se reparte entre la rama de ingeniería y arquitectura (21 por ciento), las ciencias de la salud (16), artes y humanidades (15) y una pequeña parte (seis por ciento) al ámbito de las ciencias.

Tal vez por ello, es el ámbito de las ciencias sociales y jurídicas el que ha recibido el mayor número de informes favorables por parte de la Agencia. En concreto, de las 86 propuestas, 57 han superado el examen, mientras que 23 han recibido un informe desfavorable y sólo seis están pendientes de verificación.

Por su parte, de las 43 propuestas que las universidades han presentado relacionadas con la ingeniería y la arquitectura, 25 han sido aprobadas, 16 no han superado la prueba y sólo una está pendiente de verificación.

También es positivo el resultado que han obtenido las titulaciones del ámbito del arte y las humanidades, ya que de las 31 propuestas, 25 han recibido un informe favorable, cinco se han quedado en el camino y una está pendiente de verificación. De no estar en esta última situación pueden presumir las propuestas de ciencias, ya que de las 11 presentadas nueve han sido aprobadas y dos han recibido un informe desfavorable.

Por último, las titulaciones de la rama de la salud han obtenido 22 informes favorables, 11 desfavorables y sólo una de las 34 propuestas está pendiente de verificación.

Un mismo punto de referencia

El Marco Europeo de Cualificaciones permitirá que todas las titulaciones sean reconocidas en cualquier país miembro de la UE. El objetivo es facilitar la movilidad de estudiantes y trabajadores por todo el continente.

Desde la Unión Europa no sólo se pretende unificar el programa de titulaciones: también se ha propuesto que todos los títulos obtenidos en un Estado miembro sean reconocidos en los demás. Por eso se ha creado el Marco Europeo de Cualificaciones (MEC), una iniciativa por la que se pretende alcanzar ese objetivo antes de 2012. ¿Qué se conseguirá con todo ello?

Sobre todo, facilitar la movilidad de estudiantes y trabajadores por Europa, pero también hacer más sencilla la tarea a las empresas, que apenas tendrán dificultades a la hora de identificar conocimientos, capacidades y competencias de los candidatos a los puestos ofertados.

De momento, se espera que hasta el año 2010 los países de la UE adapten sus sistemas a las normas que recoge el MEC, si bien no se prevé que hasta 2012 el documento recoja los niveles correspondientes a cada diplomatura.

Diferentes niveles

El Marco Europeo de Cualificaciones recoge ocho niveles de referencia. Cada uno de ellos establece conocimientos, destrezas y competencias, dejando de lado, por tanto, aspectos como el tipo de centro o la duración del aprendizaje. Se valorará, de este modo, qué sabe cada estudiante, qué comprende o qué puede hacer.

Cada nivel tendrá en cuenta los resultados obtenidos por cada candidato, algo que servirá para ajustar las necesidades del mercado laboral europeo a la oferta educativa, así como también ajustar la formación formal y la informal.

Además, cada escala comprenderá todas las cualificaciones que se pueden obtener desde el final de la enseñanza obligatoria hasta el doctorado o el nivel superior de la formación profesional.

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