¿Crees que tu formación te ha capacitado de forma suficiente como para dar la talla en tu trabajo? ¿O eres de los que necesita mejorar a través de nuevos cursos? Éste es el ‘ser y no ser’ del mundo laboral, porque si algo se pone en duda en nuestro país es la calidad de la enseñanza a la hora de preparar a futuros trabajadores. «Muchos profesionales creen que la formación recibida no les aporta una preparación adecuada para su vida profesional», señala el director general de Kelly Services España, Ignacio Pérez. Y es que los resultados obtenidos por esta consultora tras analizar esta cuestión revelan que España se encuentra entre los países en los que la educación superior más duda genera en cuanto a la preparación profesional.

En concreto, sólo el 58 por ciento de los españoles considera que su paso por la universidad les ha preparado para afrontar los retos que les plantea el mercado laboral. Un dato que contrasta considerablemente con los registrados en India o en China, donde las cifras ascienden al 80 y el 78 por ciento, respectivamente.

También son muchos (el 79 por ciento) los españoles que piensan que la formación que han recibido tendría que haber sido más práctica y los que reconocen que les hubiera gustado ampliar su preparación (70 por ciento). No obstante, Ignacio Pérez considera que «lo realmente importante es plantearse qué se puede hacer para mejorar o cambiar esa situación y hacerlo». Y una fórmula puede ser a través de cursos complementarios. Un dato revelador al respecto lo arroja la ‘Encuesta sobre la Participación de la Población Adulta en Actividades de Aprendizaje’ (EADA). Según ésta, el 30 por ciento de los españoles realizó en 2007 alguna actividad formativa, en la mayoría de los casos (el 68,4 por ciento) por motivos de trabajo.

La informática, omnipresente

La materia con más adeptos a la hora de ampliar conocimientos es informática, elegida por el 18,6 por ciento de los que participaron en programas formativos en 2007, según la EADA. Como señala la socia del Grupo Femxa, Patricia García, esto puede venir motivado por el hecho de que «vamos hacia una sociedad del conocimiento, por lo que determinados sectores requieren menos mano de obra y más incorporación de tecnología». No obstante, también ocupan un papel importante el ámbito de la seguridad y la salud laboral, las artes y las humanidades y las lenguas extranjeras. Es en la Comunidad de Madrid donde se registra un mayor número de participantes en este tipo de actividades formativas. En el extremo contrario se sitúan Andalucía y Asturias.

Fuera de este registro quedan aquéllos que amplían conocimientos sin acudir a ningún centro para ello. Es lo que se llama ‘aprendizaje informal’, método elegido por uno de cada cuatro adultos. Una vez más, la informática es la materia por la que más optan los que se apuntan a esta forma de aprendizaje, seguida de otras como la mecánica o la salud.

Un reto corporativo

Las compañías apuestan cada vez más por formar a sus empleados. Y lo hacen, sobre todo, a través del ‘e-learning’ y en materias como el liderazgo.

Las grandes empresas han decidido tirar la casa por la ventana. Al menos, en lo que se refiere a la formación de sus trabajadores. Porque el año pasado cada compañía destinó 353 euros para la formación de cada empleado, un ocho por ciento más que en el ejercicio anterior. Esto es lo que se desprende del estudio ‘El arte de la formación en España’, elaborado por Élogos, que revela, además, que el gasto de las entidades privadas en esta materia en 2007 fue tres veces superior al que registraron las administraciones públicas, que tan sólo reservaron 108 euros por trabajador (el crecimiento experimentado es, en este caso, del uno por ciento).

¿Cuál es el método elegido para impartir esta formación? Frente a los métodos tradicionales, las empresas de hoy en día prefiere completar los conocimientos de sus empleados echando mano de las nuevas tecnologías. De este modo, aparece en escena el ‘e-learning’ (es decir, aprendizaje a distancia, normalmente a través de internet), vía que experimentó el año pasado un incremento del 49 por ciento. Analizando la presencia de este método de enseñanza en entidades privadas y organismos públicos, el estudio de Élogos pone de manifiesto que si bien en el primer caso aumentó en 2007 un 63 por ciento, en la Administración lo hizo en un 93 por ciento, aunque lo cierto es que la formación presencial sigue siendo la más utilizada por unas y otras entidades.

Diferencias

El liderazgo y las habilidades directivas son las áreas en las que las compañías más hincapié hacen a la hora de completar la formación de sus empleados. Aunque también ocupan un lugar privilegiado materias como los riesgos laborales, los idiomas y las tecnologías de la información, según el documento elaborado por Élogos. En el terreno público, en cambio, las materias que protagonizan la formación a los empleados es la corporativa y la institucional, si bien los idiomas, la atención al ciudadano y, de nuevo, la prevención de riesgos gozan de un nivel alto de demanda.

Ahora bien, si las entidades privadas son las que más presupuesto destinan a la formación de sus trabajadores, son las públicas las que dedican más horas. En concreto, las grandes empresas destinan a este tipo de actividades 34 horas al año por trabajador. Las administraciones, en cambio, destinan 41 horas anuales.

Servicio externo

La externalización de la formación a trabajadores es cada vez más común, sobre todo en la empresa privada. De hecho, el presupuesto que las grandes compañías destinan a la ampliación de conocimientos de sus empleados ha aumentado un 57 por ciento, hasta alcanzar los 564 millones de euros.

Las administraciones públicas se inclinan más por echar mano de su propio personal para impartir este tipo de formación, aunque también las hay que combinan este método con servicios externos.

Elección femenina

Más de la mitad de los estudiantes de Master-D es mujer y tiene formación media.

La compañía de formación a particulares y empresas Master-D ha analizado qué tipo de estudiantes acuden a sus servicios. Y las conclusiones de este análisis las recoge en el estudio ‘La situación del sector de la formación abierta en España’. El principal dato que arroja es que el 58 por ciento de sus alumnos es mujer, con una media de edad de 28 años (la misma que para los hombres que estudian en Master-D). No obstante, esta cifra varía en función de la comunidad autónoma en la que nos encontremos.

Así, en Extremadura son los más jóvenes, los menores de 25 años, los que más se inclinan por este tipo de formación. Por el contrario, en Lanzarote y Fuerte-ventura son los más mayores los que prefieren completar sus estudios a través de la formación abierta, con una media de 32 años. Murcia destaca en alumnos entre 25 y 30 años, mientras que regiones como Madrid, Murcia y Cataluña cuentan con alumnos mayores de 45 años.

Respecto al nivel de estudios, la mayoría de los alumnos de Master-D (el 70 por ciento) cuenta con estudios de grado medio, mientras que sólo el nueve por ciento tiene el certificado escolar.

Diferentes vías

En Grupo Femxa defienden que la formación es la clave para superar momentos de esaceleración como el que experimenta el mercado laboral español.

«En la época en la que estamos, en crisis, la formación es un factor importantísimo». Así de clara se muestra la socia del Grupo Femxa, Patricia García, a la hora de hablar del papel de la formación a empleados en el mercado actual. «Lo veo como solución a la desaceleración de la economía», concluye.

Y es que se trata de un elemento determinante tanto para los desempleados como para los empleados que en breve puedan quedar en paro, y no hay más que acudir al sector de la construcción para encontrar a algunos de ellos. Es, por tanto, una de las claves de la recolocación de parados o futuros parados, pero también lo es para cualificar y reconvertir a trabajadores en sectores aún productivos, sobre todo en cuanto a las nuevas tecnologías.

Para un tipo y otro de enseñanza trabaja Grupo Femxa, tanto de modo presencial como a través del ‘e-learning’, o incluso con un método mixto. En concreto, esta compañía de formación cuenta con cuatro líneas de actuación: planes de formación dirigidos a fomentar la cualificación de trabajadores; contratos de formación, orientados a despejar las dudas y resolver los problemas con los que puedan toparse los empleados; formación empresarial, adaptada a las necesidades de cada compañía, teniendo en cuenta la de sus propios trabajadores; y proyectos de investigación, que abordan aspectos como la administración local, la igualdad y la conciliación o diferentes proyectos europeos.

De momento, Grupo Femxa está presente en algunas provincias españolas, aunque sus pretensiones son aumentar el número de centros por todo el país hasta 2011 a través de un plan estratégico.

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