La ilustración editorial, sobre todo de libros didácticos y de ficción en los que el texto va acompañado de dibujos, es quizá la más conocida. Pero tras la mayoría de campañas de publicidad, películas de dibujos animados y productos gráficos de todo tipo se esconde el trabajo de un ilustrador.

Este profesional es un experto en interpretar un texto gráficamente para potenciar su contenido, hacerlo más atractivo o crear una historia que quizá ni siquiera tendría sentido si no fuera acompañada de imágenes.

Los motivos que dan lugar a una ilustración pueden ser de muchos tipos, pero en todos los casos existe un denominador común: siempre se parte de un texto, desde un libro infantil hasta un guión de cine, un copy publicitario (texto de un anuncio) o una noticia de actualidad. A partir de ellos y de las directrices que marca el cliente, el ilustrador crea imágenes que acompañan a esos textos.

Las herramientas y técnicas que utiliza para desarrollar su trabajo incluyen, entre otras, el dibujo, la fotografía, los programas informáticos de diseño gráfico y los programas de animación.

Qué formación necesita

Los primeros estudios reglados de ilustración de nuestro país se crearon con la reforma de la Formación Profesional de mediados de los 90, que dio lugar a los actuales ciclos formativos, pero muchas escuelas de arte impartían programas de ilustración desde hacía años.

El ciclo de técnico superior en ilustración proporciona conocimientos de materias como:

   – Historia de la imagen gráfica

   – Fundamentos del arte gráfico

   – Teoría de la imagen

   – Proyectos de ilustración

   – Sistemas de representación

   – Dibujo artístico

   – Técnicas gráficas tradicionales

   – Técnicas de ilustración

   – Técnicas gráficas industriales

   – Diseño asistido por ordenador

   – Fotografía

Al igual que en el resto de ciclos de FP, incluye una asignatura de formación y orientación laboral, prácticas de trabajo y el desarrollo de un proyecto final.

Si el alumno que cursa los estudios de técnico superior en ilustración no posee conocimientos previos de fundamentos plásticos y gráficos es conveniente que al acabar el ciclo lo complemente con algún curso de ilustración avanzada.

También puede especializarse en el área de animación siguiendo algún curso de ilustración aplicada a la animación, muy indicado para quienes desean profundizar en este área, ya que es una de las opciones de trabajo por la que se decantan cada vez más ilustradores.

Qué perspectivas laborales tiene

Dentro de la ilustración existen diferentes especialidades o áreas de trabajo:

  • Editorial. El profesional que trabaja en este sector ilustra portadas de todo tipo de libros y el interior de libros, que en la mayoría de casos son de ficción, didácticos y de texto.
  • Diseño gráfico. El ilustrador trabaja conjuntamente con un diseñador para definir o acabar de resolver determinados trabajos gráficos como pueda ser un logotipo.
  • Prensa. Ilustran artículos o columnas de opinión y en algunos casos espacios de humor gráfico.
  • Publicidad. El ilustrador realiza entre otros trabajos los storyboard (viñetas que reflejan gráficamente como será un anuncio de TV), tanto para preparar la filmación como para mostrar al cliente. También prepara ilustraciones a las que se da movimiento para utilizarlas en campañas de publicidad. Un ejemplo son los personajes animados que aparecen en los anuncios de TV de Red Bull.
  • Producción cinematográfica y de TV. Años atrás era poco habitual, pero actualmente se hace un storyboard con casi todos los guiones, previo a la filmación, del que se encarga un ilustrador.
  • Animación. Cada vez es mayor el número de ilustradores que profundizan en las técnicas de animación por ordenador para dar movimiento a sus creaciones y poder así intervenir en todas las fases de la realización de una película, por ejemplo de dibujos animados.

Aunque son muchas las salidas laborales que tiene el ilustrador, la profesión vive horas bajas dentro de nuestras fronteras. Cada vez hay más profesionales en el mercado y las tarifas no han dejado de bajar desde principios de los 90.

Hay más competencia que años atrás y se cobra menos, pero los ilustradores españoles, y especialmente los de Catalunya, gozan de gran prestigio internacional, por lo que resulta interesante buscar clientes en otros países, especialmente en EEUU, Japón, Taiwan y Francia.

Para trabajar fuera es imprescindible entrar en contacto con las principales agencias de ilustración de cada país. Una forma de conocerlas consiste en entrar en sus páginas web, ver cuál es su filosofía y observar con qué tipo de ilustraciones trabajan.

No es conveniente enviarles el book a todas, sino sólo a aquéllas que el ilustrador crea que pueden encajar con el tipo de ilustraciones que él realiza. La agencia lo seleccionará como colaborador si su trabajo le parece interesante y se encargará de intermediar con el cliente.

Las bolsas de empleo de las asociaciones profesionales son otra buena fuente para conseguir trabajos de calidad, ya que son muy selectivas a la hora de aceptar encargos. Las asociaciones son además un buen punto de referencia para entrar en contacto con otros profesionales y asesorarse sobre aspectos como los derechos de autor.

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