Suele ser la cara más visible que encontramos cuando acudimos a una biblioteca municipal. Este profesional es el encargado de realizar los préstamos y recibir las devoluciones de los documentos (de lectura, sonoros, visuales) que los socios de la biblioteca pueden llevarse a casa. Además, también se encarga de resolver las dudas simples de los usuarios sobre distribución de temáticas o posibilidades de encontrar un documento. La atención al público puede ser tanto personal como telefónica, pues algunos servicios se pueden hacer por teléfono.

También es el encargado de controlar las publicaciones periódicas y diarios para que las novedades estén al alcance de los usuarios, así como de procesar todo el material nuevo que llega para que esté disponible (forrar, etiquetar, sellar, instalar alarmas y realizar fichas bibliográficas). Incluso puede ayudar al bibliotecario en la planificación de actividades, pero ni suele catalogar libros ni realizar faenas de compra.

¿Qué formación necesitan?

Para acceder a este puesto de trabajo, no es imprescindible tener ninguna titulación superior. Simplemente será necesario poseer el graduado escolar o el bachillerato (en función del lugar geográfico) y superar una prueba teórico-práctica en la que se valoran conocimientos de biblioteconomía a nivel medio (ordenación de fondos documentales, actividades de promoción de la lectura, resolución de tareas de circulación y servicio de sala…). Es decir, conocimientos que se pueden adquirir sin excesiva dificultad técnica ni un bagaje previo.

Estos «saberes» se pueden consultar en manuales específicos de oposiciones y también existen cursos ocupacionales que ofrecen formarse en este perfil laboral.También se valora en las pruebas de acceso la actitud del aspirante, que debe tener buen trato con el público, vocación de servicio y ser ordenado y metódico. En cambio, sí es obligatorio tener la licenciatura universitaria de biblioteconomía y documentación para acceder al puesto de bibliotecario, al que no podrá promocionarse si no se está en posesión de dicho título universitario.

¿Qué perspectivas laborales tienen?

Este profesional, como su propio nombre ya indica, realiza su tarea en las bibliotecas públicas municipales. Para acceder a ellas debe aprobar unas pruebas de acceso a una bolsa de trabajo (que permitirá ser interino hasta que se convoque la plaza) o un concurso-oposición que convocan los organismos de los que dependen las bibliotecas (ayuntamientos, diputaciones, consorcios, patronatos, etc.). Estas pruebas son de carácter local y, por tanto, su temario puede ser diferente para cada lugar donde se convocan, por lo que es adecuado preparar el temario específico que se exige para cada prueba. Habitualmente constan de examen de conocimientos y tests psicotécnicos para valorar la adecuación de los aspirantes al puesto.

Cada organismo celebra estas convocatorias cuando necesita cubrir plazas y lo publicita en los diarios oficiales (local, provincial o de la comunidad). La creación de una nueva biblioteca es un momento propicio para aspirar a este puesto, porque entonces es necesario cubrir un mayor número de plazas.

Aunque estos profesionales no suelen ser funcionarios, sino personal laboral, sus sueldos están estipulados por la administración a la que corresponden, habitualmente en una categoría media-baja.

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